No voy a negar que he vivido el resultado de las elecciones con enorme alivio. Por lo demás la situación que queda es endiablada... ya veremos por donde sale Mas. Parece que el pacto con ERC es lo que tiene más papeletas... pero el entendimiento entre ellos parece bastante complicado.
En lo que a mí respecta me interesa el tono emocional y los modos. Algún tertuliano he visto hablar del "inmenso ridículo de Mas", e imagino que en los foros más cavernarios se habrán puesto a gusto. En lo que se refiere a Carlos Herrera, en Onda Cero, creo que ha estado bastante comedido. Y si bien al principio de la campaña se manifestaba con abiertas antipatías hacia los separatistas, fue moderando su discurso a medida que nos fuimos acercando a las elecciones (¿un toque de sus asesores?) sorprendiéndome agradablemente cuando se manifestó muy en contra de las revelaciones de corrupción de El Mundo, a pocos días de la consulta. Ahora, en el lunes posterior, también ha estado bastante comedido, señalando que, aparte de un gran fracaso para Mas porque no había tanta agua en la piscina a la que se tiró, lo cierto es que no deja de haber agua, y no deja de doblar los resultados del partido que le sigue.
Pero en ese foro el que me ha dado que pensar ha sido Enric Juliana, director de La Vanguardia. Ha reconocido que sintió cierta simpatía por el tema de la consulta, y afirmó que de este resultado le va a costar muchos años reponerse al nacionalismo catalán. Lo ha lamentado porque, ha dicho, era una buena oportunidad para arreglar una serie de cosas en Catalunya y en España.
¿A qué se refiere? Bueno, creo interpretar correctamente que Juliana, sin ser separatista, o no mucho, sí es bastante reivindicativo del trato que reciben los catalanes por parte de (el resto de) España. Principalmente por el tema de la financiación, aunque no sólo. El problema de la financiación inadecuada lo he oído incluso entre tertulianos conservadores (Creo que a Casimiro). Y dentro de la financiación, lo que le preocupa especialmente, porque se lo he escuchado ya otras veces, es el tema del Cupo Vasco. Hace unas semanas lo expuso con toda la crudeza: "Los Españoles deben saber que en estos momentos todos les estamos pagando de nuestro bolsillo a los vascos un cupo de dinero, cuyo cálculo es uno de los secretos mejor guardados de la política española".
Y tiene razón. Parece ser que ese cupo se puso (Por cierto, Franco) para compensar a los empresarios vascos por el tema del terrorismo. El terrorismo ya no existe pero ¿quien le quita el cascabel al gato?. Urukullu, claro, se calla como un muerto.
ADDENDA.
El articulo de Juliana esta mañana en La Vanguardia es, en efecto, Rotundo y melancólico, digno de leerse. Se titula "Gana España", y dice al final:
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