lunes, 12 de noviembre de 2012

Catalunya España 9 (el vaso medio lleno)

   (El vaso medio lleno)

   Las declaraciones de Oriol Pujol  sobre la animadversión del Rey a la secesión, en contraste con el príncipe, tiene un punto ambivalente que no quiero dejar de señalar.  Y ello es el tácito reconocimiento institucional de la monarquía por parte de los nacionalistas. Muy tácito pero no tanto porque según  El Mundo de hoy, parece ser que en ciertos círculos nacionalistas se ha manejado la posibilidad de un modelo tipo Commonwealth, con la corona como nexo entre los distintos estados. Entiendo que a los medios más nacionalistas españoles el asunto les parezca disparatado, y lo despachen con los epítetos al uso. En lo que a mí se refiere, como monárquico y como optimista militante miro la mitad llena del proverbial vaso: puestos en  lo peor, cosa que no dejo de hacer dese que comenzó esta historia, es decir que la secesión finalmente se consume, no dejaría de ser curioso que los catalanes, o por lo menos algunos de entre ellos, quisieran mantener el vínculo con la corona.

     En todas estas entradas he insistido mucho en el factor psicológico de este conflicto, y en los riesgos (sistémicos, por cierto) de la escalada emocional y relacional que origina y por la que nos vemos arrastrados unos y otros. Tampoco he negado lo doloroso que para mi sería, como para muchos españoles, que tal separación finalmente sucediera. Y también he ido señalando lo inadecuado, por nuestra parte, de reaccionar por las malas a la pretensión de los catalanes, precisamente porque ese tipo de reacciones alimentan la escalada. En ese sentido lo doy la razón a ellos sobre el Rey. No tenía porqué calificar la secesión como "quimera": para mi lo impecable hubiera sido que manifestase su desacuerdo, e incluso la voluntad de la corona de hacer lo posible por impedirla... ¡pero ridiculizar al adversario...!  Metido a asesor real, para mi lo ideal hubiera sido la expresión tranquila y serena del dolor que el conflicto le provoca, y del dolor aún mayor, casi insoportable, que provocaría la secesión. Pero en todo caso, y dado del papel simbólico  que atribuyo al rey  (1) esta noticia no no hace sino reafirmar mis expresadas opiniones sobre la funcionalidad (emocional) de la monarquía, y sobre la ambivalencia identitaria de los catalanes.


  (1)  Ver en Enero de 2011: "Ser monárquico en los tiempos que corren" mi proclama monárquica, en la que es, con diferencia, la entrada más leída de este blog

No hay comentarios:

Publicar un comentario