Como conservador moderado admito mi afición a Carlos Herrera. Lo que no quiere decir que me encante TODO lo que hace.Me gusta su postura ecuánime, aunque socarrona, en el equilibrio izquierdas-derechas,o si se prefiere, progrisitas--conservastadores. Pero en cambio creo que se equivoca en el tema de Catalunya. Y conste que no lo tengo muy claro. A lo mejor, en esto de arrastrar identidades, un factor decisivo es ver quien es el más macho alfa, el más seguro de sí mismo en el arte de conquistar voluntades ajenas.
No sé, pero temo por otro lado el siniestro fenómeno de las escaldas emocionales. Me viene a la cabeza una anécdota de mi época de estudiante. Fue en la Facultad de Ciencias de la Autónoma de Barcelona, en Bellaterra. Debía ser sobre el año 1972. Mucho rojo rojísimo, asambleas, manifestaciones... Habíamos tenido una asamblea en clase en la que los progres estaban intentando que nos pusiéramos en huelga, lo que significaba suspender las clases (dicho sea de paso, hay pocas cosas más inanes y ridículas que una huelga de estudiantes.).Tras mucho discutir la asamblea votó a favor de la huelga por un estrecho margen. Cuando vino el profesor, (que por cierto, luego se convertiría en un político famoso) le salimos al encuentro para comunicarle la decisión. El tio se puso serio y dijo que vale, pero que quería que la votación se hiciese delante de él. Los del staff accedimos con ciertos nervios porque la votación había sido ajustada. Así que entramos al aula, explicamos al personal lo que pasaba, y que teníamos que votar de nuevo.
En este punto me gusta hacer un poco de encuesta preguntando a los oyentes que creen que pasó... es curioso porque son más los que se equivocan que los que aciertan.
Pues pasó que, al preguntar en primer lugar los que estaban a favor de la huelga, se alzó inmediatamente un bosque de brazos. El profe se fue chasqueado (era uno de los que se equivocaban)
Es de cajón; si agredes a una identidad, aunque sea precaria, los individuos responden cerrando filas. Y es lo que me temo que (el resto de) los españoles estamos haciendo con los catalanes.
Ahora bien, el argumento es reversible. Posiblemente nadie ha hecho tanto por reafirmar la identidad española como los catalanes... como no sean los aberchales.
P.D.:Y aprovechando que el Llobregat pasa por Manresa, hago un nuevo llamamiento a hacer una cadena humana entre (el resto de) Espanya, y Cataluña. ¿¡No hay cien mil españoles dispuestos a hacer un gesto amoroso hacia los catalanes?!. ¡¿A decirles que no queremos que se vayan, pero sin cabreos ni amenazas!? (...en todo caso con melancolía). Si así es, es decir, si así no es, tal vez nos mereceremos que se hayan ido.
Me sorprende y me apena que hayas renunciado a tus evidentes raíces catalanas. Todo el bachillerato y la carrera, a más de ¿Cuantos años en La Molina?
ResponderEliminarPor el contexto veo que te refieres a los catalanes como "ellos" y a los españoles como "nosotros". Por ello digo lo de la renuncia, pero ni un año en Alcoy, casi diez en Tenerife y lo relatado antes en Barcelona. Toda tu formación y amigos de infancia y juventud son catalanes, de la alta burguesía catalana y, me juego un higo, que todos catalanistas.
¿Donde te perdiste?
Hola Anonimo. Me doy cuenta de que el comentario siguiente, mas que na respuesta, es un comentario sobre el comentario. No sé si utilizando este recuadro,la respuesta queda restringida a ti. ¡ que complicado es todo ! No dejo de darle vueltas a tu comentario, en la parte más dura: lo del "ellos" y "nosotros"... la respuesta aludiendo BHAGAVAD GITA es bastante correcta: Yo no quiero estas en esta batalla,pero aquí me ha puesto la vida.pero "batallas"..."ellos"...sigue siendo insatisfactorio. Por lo demás...tampoco la alternativa dialéctica me complace ¿donde me perdí?. Me perdí al nacer en ese mundo.
EliminarAl principio creí saber quien eras. Después ya no. Lo de la alta burguesía y lo de "todos catalanistas" casi te descarta de entre mis amigos catalanes; ninguno de ellos haría una apreciación así..... pero claro ¡yo que sé!
Interesante comentario de alguien que me conoce, y mucho. Yo no sé si hay manera de contestar en privado, más que nada por el pudor de no psicoanalizarse en medio del ágora (lo de en medio es un decir). En una cosa aciertas: sí tengo un poderosos componente catalán en mi identidad; es patente el dolor que todo el asunto me produce. Me lo señaló con un punto de consternación precisamente uno de mis amigos catalanistas. En otro te equivocas, y es un error (en mi opinión) interesante. Antes de irme de Barcelona hice una particular encuesta sobre el asunto. Y el resultado fue diáfano: los catalanistas no llegaban al 20%. Me refiero a los abiertamente separatistas. Aproximadamente un 40% manifestaban sin ningún complejo la doble identidad (Yo me siento muy español/a). Y el 40% restante manifestaba también la doble identidad, pero refunfuñando (hacia uno u otro lado, o ambos). Sí tengo mucho de catalán, pero tengo aún más de español ¿crees que debería hacer una entrada diciéndolo explícitamente?. Como los hijos de padres separados querría que las fuentes de mi identidad (papá y mamá) no se peleasen entre sí. Pero es lo que hay. Y como el protagonista del Bagavaghita (o como se escriba), la vida me ha puesto en el bando que me ha puesto. Insisto, lo ideal es que no tuviera que elegir. Pero es interesante que consideres que he perdido, o he renunciado, a lo que tengo de catalán. Como decía al principio, entrar en detalles sobre mis identidades y conflictos sería poco pudoroso (lo haría si me abres otra vía de comunicación más discreta) (... bueno, o tal vez más adelante. Pero en el conflicto del que estamos tratando estoy ciertamente en el bando español. Y te aseguro que no me apetece nada (como al del Bagabagitha) verme obligado a elegir.
ResponderEliminarAh, pues lo de las analogías con los traumas por la separación parental da mucho de si. A mi esa analogía me da para pensar que ambos progenitores están utilizando sus conflictos para menoscabar al que no lo quiere solo a él.
ResponderEliminarComo andaluz y admirador de los catalanes me apunto a esa cadena humana para decirles que se queden. Sin ellos, esta no será la familia en la que me siento identificado. Si ellos faltan, no creo que me quede con "papá" para alimentar odios fratricidas. Y siempre tendré aprecio por los hermanos y espero verlos y disfrutar con ellos en casa de la abuela Europa de la que "papá" amenaza con que quedarán excluidos.
¿Por qué algunos piensan que seguirá existiendo la familia si no está completa?
Creo que habría que prescribir debate y negociación a esta familia, ante la escalada de posiciones maximalistas. Cuando las sociedades y los hijos maduran hay que llegar a acuerdos de convivencia para permitir la coexistencia. Las reglas y los roles se adaptan a la capacidad de autonomía y a los beneficios de la convivencia.
Todo lo demás ya sabemos como acaba. Descalificaciones simétricas, prohibiciones, amenazas. Tal vez hiciera falta un terapeuta independiente para resolver el conflicto. ¿Existirá?
Un abrazo, figura. Y sí, aunque los procesos identitarios son una cuestión personal y uno es de donde pace y no de donde nace, no me resulta difícil reconocer en ti uno de mis admirados catalánes.
Y no se te ocurra perder el sueño por este comentario. ;)
Podríamos introducir humor, que es una de las grandes aportaciones de los catalanes (larga lista de humoristas maravillosos, encabezados por los inconmensurables Tricicle). Por ejemplo, hay unos españoles que piensan tal, y unos catalanes que piensan cual (o sienten), pero ni esos son todos los españoles, ni estos todos los catalanes, Bueno,no tengo claro donde se queda el humor, pero la frase está bonita. Me acabo de acordar de otra anécdota, sobre un antiguo jefe mío. Vamos a por la entrada 20
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