Una celebrada frase del Quijote dice que no hay libro por malo que sea que no tenga algo de bueno; es una sabia afirmación que podemos extender también a las personas y, siguiendo la enseñanza de Merlín que hemos comentado hace poco, a todas las cosas del mundo mundial. Dado las exitosas entradas sobre los políticos mencionados en el título, y dado el vapuleo que desde tantos frentes recibe habitualmente el expresidente Zapatero, me viene de cara contar un par de cosas buenas de él.
Una fácil: lo discretamente que está llevando su condición (de expresidente) (...socialista), tras su también discreta salida por el foro de la política. Algo en lo que incluso muchos de sus críticos están de acuerdo.
Y otra más dolorosa para mí, dada mi condición de monárquico. Se trata del acto, de nefasto recuerdo, en el que el Rey perdió los nervios frente a Chávez (muy comprensible, pero no fue su mejor día) solicitándole amablemente que terminase con su turno de palabra. Pues bien, el que en estuvo francamente bien en ese lance fue precisamente Zapatero. Todo empezó con algunos comentarios (mas bien adversos) del mandatario venezolano sobre el expresidente Aznar. Entonces Zapatero estuvo muy a la altura saliendo en su defensa, diciendo algo así como que, a pesar de sus diferencias ideológicas, no deja de ser un expresidente de su país... ect... Y como Chávez se empecinara, fue cuando el Rey...ect.
Pues eso, que ahí estuvo Zapatero verdaderamente formidable.
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