viernes, 24 de mayo de 2013

La inmersión lingüistica. (Catalunya España 12)

   
    Quizá uno de los factores que tiende a agravar la escalada emocional entre españoles y catalanes es lo mal que se toman por estos pagos (Espanya) todo lo que se refiere a la promoción de la lengua catalana. Eso por la parte que nos toca. Fue el mejor jefe que he tenido en mi vida de currito, un ingeniero textil mayor, muy culto, proveniente de una ilustrada familia Sevillana, Don Jose María M., el que me hizo ver lo errado de esa postura. Hombre cultivado y cabal, aficionado a la lingüística como buen humanista,  me señaló un día que el que en España se hablasen otros idiomas además del castellano era una tremenda riqueza, que de ninguna manera había que perder.

    Pero el común de los españoles (y me temo que ahí podemos incluir a los catalanes) tenemos la autoestima colectiva demasiado deteriorada, e inevitablemente reaccionamos con dolor y rabia a cualquier cosa que atente a la unidad de nuestra identidad, la maltrecha identidad española. Y de ahí esa nefasta tendencia a agredir a cualquier otra identidad alternativa que la merme,  con sarcasmos, burlas o deslegitimaciones. Una actitud que, en el mejor de los casos, bien podemos calificar de cateta.

    Pero por otra parte tampoco los catalanes se quedan cortos en pagarnos con la misma moneda, y no faltan entre ellos las expresiones de menosprecio y negación de cuanto se refiera a "lo español".  En esta tesitura es donde quiero comentar la manida "inmersión lingüística" y la insólita agresividad y suspicacia con la que reaccionan frente al intento del ministro Wert de introducir el castellano en la enseñanza en Catalunya. En el furor de la escalada creo que pierden el sentido de la realidad hasta extremos verdaderamente ridículos, que es lo que pasa cuando uno se deja llevar por la rabia.  ¡Es impresionante lo que llegan a decir del ministro!

   Dicho lo del principio quede claro que estoy totalmente a favor de tomar las medidas que hagan falta para promover el uso del catalán. Y en ese sentido no dejo de entender la contundente medida de la inmersión lingüistica. Lo entiendo, pero creo que  llevarla hasta el extremo que lo llevan constituye un gigantesco error.

     Fijaros (a los catalanes): el hecho es que ahora se enseña en catalán y que las autoridades catalanas se oponen taxativamente a que se enseñe en castellano. A efectos prácticos es como si la enseñanza en castellano estuviese  prohibida... ¡Es como si los catalanes hubiesen introyectado los métodos franquistas!.

  Repito: Actualmente se enseña todo en catalán; y cuando desde Madrid, si, desde Madrid, se intenta que se pueda enseñar también en castellano ¡ay que ver las reacciones!.. y las manipulaciones. Recuerdo por ejemplo las declaraciones de un admirado futbolista del Barça, un hombre al que por su inteligencia y visión del juego los periodistas llaman "el arquitecto" declarando: "a mi me parece muy mal que se intente prohibir el catalán".  ¿Prohibir el catalán?... ¿Cuantos catalanes hay pensando lo mismo?

    …O formulando ese pensamiento para justificar sus sentimientos (oficio obliga).

    Estoy dispuesto a admitir que quizás no haya más remedio que recurrir a una "inmersión" de un tipo u otro. Pero esa furiosa radicalización que distorsiona los hechos  hasta ese punto creo que es un auténtico desastre, y desde luego no creo que contribuya a mejorar la imagen de los catalanes en el resto del mundo, cuestión a la que tan sensibles sois (como todo el mundo). ¿Qué creeis que pensará un inglés o francés que atienda a los hechos mencionados?..

    De momento habéis conseguido que algunos de los mayores talentos de Cataluña se hayan pasado al bando españolista (Serrat, Boadella...), aquellos que dado su enorme éxito en el pasado pueden permitirse el lujo de "pasar" de la opinión de sus paisanos. Lo digo porque estoy seguro, me consta, que hay muchos  catalanes  que no comparten  esta exaltación nacionalista. Pero ¿quien se atreve a llevar la contraria a semejante  tsunami cultural?  Por que lo chusco es que ahora hablar castellano, en Cataluña, es oponerse al poder constituido… ¡justo lo contrario de lo que pasaba en tiempos de Franco!. Y tal vez mis percepción esté distorsionada, pero me parece que en las calles de Barcelona se habla más castellano que nunca.

    Está bien traída la frase del Sanchez Piñol cuando comenta el valor que derrocharon todos los Barceloneses en el asedio de 1714: "Hace falta mucho valor para ser cobarde cuando toda tu ciudad te está mirando”.  Una vez levantada la bandera de la unidad agredida… ¿Cuántos habrá que la sigan simplemente porque “les están mirando”?.

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