En línea con la serie de entradas que dedico al conflicto entre Catalunya y (el resto de) España, es fácil ver que abunda la desconsideración y la demagogia por ambas partes, así como también las consideraciones desmitificadoras, también por ambas partes. Escuchando a Fidalgo y Leguina en Onda Cero,por ejemplo, sigue pareciéndome que nos pasamos de sarcásticos con la movida de los catalanes, lo que me desasosiega especialmente por ser líderes de opinión que tengo en aprecio; debe ser por la parte de catalán que habita en mi identidad.
Sobre la de la novela Victus, y su historicidad así como su peculiar tratamiento de los personajes, he visto que hay mucho en Internet. Sobre la arenga final de Villarroel, que originalmente consigné citando a Wikipedia, la he encontrado abundantemente confirmada. Por ejemplo en la siguiente página, pinturera y pintoresca, pero bastante documentada : ( http://www.11setembre1714.org/index2.html ). Poco sospechosa de españolismo, puesto que es catalana, aunque también se afana en la denuncia de del uso demagógico de los hechos por ambas partes. En lo que se refiere a Villarroel y su arenga cita la obra del cronista catalán Castellví, contemporáneo de los hechos, y del que tomo este párrafo:
Francesc de Castellví i Obando (1682-1757)
"Narraciones Históricas desde el año 1700 al 1725" ; Vol IV, pag. 249
"Narraciones Históricas desde el año 1700 al 1725" ; Vol IV, pag. 249
Por otra parte que el cronista sea catalán y contemporáneo tampoco es garantía de ecuanimidad. A lo mejor era un "botifler".
También es fácil encontrar a Sánchez Piñol en diversas entrevistas y artículos, recibiendo grandes alabanzas por parte de los especialistas historiadores. Lo que está claro es que se documentó a fondo, puesto que al parecer se pasó diez años escribiendo la novela. Es interesante y representativa su opinión de que el 11 de Septiembre no sólo fue el final de Catalunya (de una cierta Catalunya), sino también el de una cierta España, más liberal, federal y deseable. El asunto cobra actualidad. Creo que de todas formas Piñol no renuncia a un esquema de buenos y malos, estos últimos representados por los centralistas y despiadados Borbones, que ya reinaban en Francia.
Desde el enfoque sistémico que se asume en este blog, no puedo menos que pensar que las cosas no ocurren por casualidad, ni por el capricho de gobernantes más o menos listos y/o despiadados. Como muy bien señalaron los marxistas, la historia de la humanidad es un asunto sumamente complejo. El respetadísimo Pierre Vilar nos cuenta en su Hisotria de España que el advenimiento del siglo XVIII vino acompañado de grandes cambios demográficos y económicos, que probablemente requiriesen de gobiernos más complejos, e inevitablemente más centralizados. Dada la entidad que toma el asunto, abordo el tema en la siguiente entrada: "Centralismo/Federalismo".
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