miércoles, 26 de septiembre de 2012

España Catalunya 5

    Por aquello de que los pecados que me preocupan son los de "los nuestros", cargo las tintas en estos comentarios en lo que no me gusta de la parte española. Parecería que estoy de acuerdo con los catalanes y su reivindicación. Por eso quiero ahora comentar un aspecto que, desde un punto de vista sistémico, me parece profundamente injusto por parte de los catalanes.

     Pero antes quiero constar que me siguen haciendo gracia  algunas de las argumentaciones que se hacen desde el "lado español", en la linea de que no pueden independizarse porque no lo permite la constitución; como han señalado hoy (26/09/12) en "Julia en la Onda" (que se hace en Barcelona, con la  propia Julia  bastante ecuánime, hay que decirlo), si finalmente se proclaman independientes lo último que les va a preocupar es lo que diga la Constitución espanyola. Y me temo que, a esas alturas, a nosostros también.

   Otra curiosidad de la que nadie habla, en ninguno de los sentidos: ¿hay entre los militares alguna inquietud en el sentido de intervenir si tal cosa llegara a ocurrir?. Seguro que alguna hay, espero que perfectamente controlada.

     Bueno, vamos a lo de los catalanes. Ya comenté los episodios relatados por Pierre Villar de los diputados catalanes defendiendo la unidad de España (véase la entrada: "Catalunya España 1"); no alucineis, era básicamente una cuestión de mercado, aunque tal vez no sólo. El propio Villar relata que no siempre se salían con la suya pero, puesto que en Madrid tampoco eran tontos, sí lo hacían con frecuencia. La revolución industrial se estaba haciendo básicamente en Cataluña y en el País Vasco, y el gobierno central, la corona, comprendía que había que promoverlo. El análisis de Villar es que la desgracia de Cataluña y de España es que esa Revolución Industrial, liderada por los catalanes, no pudo completarse; no pudieron con las viejas estructuras del moribundo imperio. Ese intento se corresponde, a grandes rasgos con la Primera República, donde significativamente, los únicos que no plantearon problemas secesionistas fueron precisamente.... ¡lo catalanes!.

     Cataluña pues se convirtió en la gran zona industrial de España. No es que se aprovechasen, pues su prosperidad nos beneficiaba a todos. Pero a ellos también, y en mayor medida. La coyuntura histórica y geográfica crea la demanda de una zona industruial, a la que respondió Cataluña. Si no hubiera sido ella, habría sido cualquier otra zona de España, ojo a eso, aunque tal vez no lo hubieran hecho tan bien. Así que en definitiva mucha de su prosperidad se debe a su vinculación sistémica (o económica) con España, en cuyo territorio hicieron (y siguen haciendo) buenos negocios.

     Visto así, catalanes, no me parece muy correcto que, ahora que las cosas van mal, digáis, " Apa adeu, aquí us quedeu", y os larguéis con las buenas pesetas que habéis  ganado  durante un par de siglos. Vale, vale. La vida es como es, y tal vez los españoles tampoco hemos estado muy hábiles. Pero por lo menos, dejad esa muletilla del muchísimo dinero que os debemos, porque además los flujos presupuestarios  explícitos, también están las balanzas comerciales históricas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario