martes, 19 de diciembre de 2017

CRISIS, el OLEAJE de la HISTORIA

     Las crisis siempre han estado presentes en la historia de la humanidad. Se han sucedido, una tras otra, grandes o pequeñas, a veces cruzándose y superponiéndose, sumando o multiplicando sus efectos. Como olas que recorren el océano humano, de distintos tamaños y naturalezas, a veces compensándose, y a veces superponiéndose y dando lugar a devastadores tsunamis. Tal vez se trate de una propiedad intrínseca de los sistemas complejos; incluyendo la evolución biológica, que parece producirse “en oleadas” (Simpson, G.G. 1984, p. 131). Resulta muy sugestivo que el mundo físico, desde los átomos hasta las galaxias, esté trufado de fenómenos cíclicos u ondulatorios, que dan lugar a las manifestaciones que más sorprendentes y bellas de nuestra realidad, como la mismísima luz… o como las olas del mar. Tal vez las crisis no son sino el oleaje de la historia. 


     Algunas crisis han sido francamente pintorescas. Por ejemplo, a principios del S.XVII, con el capitalismo recién inventado, se desata en Holanda la Crisis de los Bulbos de Tulipán. Introducidos 50 años antes, se pusieron de moda las variedades exóticas cuyos precios empezaron a subir, convirtiéndose en objeto especulativo. Se llegaron a pagar 1000 florines por un solo bulbo; (los ingresos medios anuales eran de 150 florines). La burbuja estalló cuando un lote se quedó sin comprador. Entonces cundió el pánico, todo el mundo quiso vender, pero nadie compraba. Mucha gente se encontró que habían invertido todo su dinero en algo que ya no valía nada. Las bancarrotas se sucedieron.

 Sobre la psicología en las crisis económicas, a la vista de este tipo de crisis resulta tentador acudir a las consabidas codicia y estupidez infinitas de los seres humanos, como hacen no pocos economistas. P.e. Galbraith en su clásico sobre la crisis del 29, donde declara desolado:

     La explicación es, simplemente, un tributo a esa tan repetida preferencia --en asuntos económicos—por los más impresionantes disparates. (Galbraith, 1987 p. 43).

    Pero como psicólogos esa explicación nos resulta insuficiente.  El carácter sistémico de la identidad humana (Derqui, 2016) establece la íntima interconexión entre la identidad individual, y el conjunto de identidades sociales que le conciernen. Lo sorprendente para muchos, pero no para los terapeutas familiares, es la preeminencia de las identidades sociales sobre la individual. Volveremos sobre este punto, que ahora permite una interpretación de estas conductas sin necesidad de recurrir a valoraciones tipo codicia o estupidez: ocurren no cuando está el dinero, o no solo, sino cuando está el grupo de por medio ¿Se les ocurre algo más motivador que “¡Nuestros vecinos se están forrando en la Bolsa!”? En todo caso es una muestra más de lo incomprensible que puede llegar a ser la conducta humana cuando se la analiza desde una lógica racionalista e individual. 

     El libro clásico sobre las crisis psicológicas es el de Erikson “Identidad juventud y crisis”, donde estableció el concepto de “Crisis de Identidad”, y donde adelanta una definición:

En la actualidad, dicho término (“crisis”) es aceptado para designar un punto de giro necesario, un momento crucial, cuando el desarrollo ha de adoptar una u otra dirección, recopilando recursos para un crecimiento, una recuperación y una ulterior diferenciación. Ello se muestra aplicable a múltiples situaciones: a una crisis del desarrollo individual o a la aparición de una nueva “élite”, a la psicoterapia de un individuo o a las tensiones correspondientes a un rápido cambio histórico. (Erikson 1980, p.14).

Destaco: “Un punto de giro necesario”. Lo esencial para Erikson es el cambio, y como terapeuta, lo considera positivo. Y necesario; inevitable. El sistema tiene que pasarlo. Es interesante la naturalidad con la que equipara crisis del desarrollo individual con crisis políticas, culturales o históricas. Hay muchos tipos de crisis; historiadores y economistas se vuelven locos definiéndolas, estableciendo su periodicidad. etc. Una clasificación simple y útil es la de crisis cíclicas y crisis coyunturales. Son más o menos equiparables en psicología a las crisis de desarrollo (p.e. la adolescencia de Erikson), y a las crisis por desgracias inesperadas de Pittman (Pittman, 1990, p. 29).

     El prototipo de crisis coyuntural es la llamada burbuja financiera; por ejemplo la de los tulipanes.  La piedra angular de la economía es la ley de la oferta y la demanda, una retroalimentación negativa que estabiliza los precios en el corto plazo: Si de un producto hay mucha demanda o poca producción, los precios suben, lo que estimula inmediatamente a los productores, y desanima a los consumidores… y viceversa. Ahora bien, el mecanismo se altera cuando el personal adquiere un producto, no para su uso, sino para venderlo y ganar dinero. Mientras se mantenga la demanda, aunque sea “falsa”, los precios siguen subiendo, lo que estimula más la demanda… ahora la retroalimentación es positiva y el sistema se vuelve inestable. El mecanismo se ve potenciado con el papel moneda y los créditos bancarios. Nuestra economía capitalista, caracterizada por la creciente facilidad con la que se mueven los capitales, incluso a nivel planetario, parece especialmente proclive a las crisis financieras y especulativas.  Y en efecto, las ha habido por docenas. Veamos algunas

     En la Inglaterra del S.XVIII, se produce la crisis de La Compañía de los Mares del Sur (South Sea Buble).  Dicha compañía había asumido la deuda inglesa en la guerra de la Sucesión española, y supusieron que después podrían hacer grandes negocios con el esperado monopolio del comercio con las colonias españolas de Sudamérica. Las acciones subieron como la espuma, estimuladas hábilmente por la compañía mediante hábiles campañas involucrando a gente de prestigio, como el mismísimo Isaac Newton . Pero el tratado de Utrech no confirmó esas expectativas, y el precio de las acciones se derrubó de golpe. Mucha gente perdió mucho dinero, y Newton dijo “Puedo predecir el movimiento de los cuerpos celestes, pero no la locura de la gente”.


    Parecida y por la misma época fue la crisis de La Compañía del Misisipi en Francia, fundada para la explotación de los territorios franceses en América del Norte. La corona, que estaba implicada, hizo una fortísima emisión de papel moneda para afrontar su déficit financiero, lo que provocó una inmediata inflación, y una demanda de oro a la que el banco no pudo hacer frente. Corría el año 1720. Hay quien dice que la quiebra consiguiente, junto con unos años de malas cosechas, dieron lugar a una larga crisis, que finalmente empujó Luis XVI a convocar los Estados Generales en 1789; era el comienzo de la Revolución Francesa. 

      Este último caso ilustra la dificultad de delimitar una crisis y sus consecuencias. No vamos a decir que este incidente financiero provocase, él solo, la posterior Revolución Francesa. Por supuesto hay un cambio en las estructuras económicas, nuevas élites que decía Erikson, (y Marx); y además, un cambio de mentalidad. Pero sobre olas de cambio ya en activo, un incidente financiero de envergadura puede ser el chispazo que provoca la explosión.

     En 1920 tiene lugar la crisis de los terrenos de Florida, cuando ya se sientían los primeros temblores del gran terremoto que ocurrirá nueve años después. Fue una burbuja inmobiliaria a en el estado de Florida, que se ofrecía como una especie de “paraíso tropical” a precios asequibles. El detalle aquí fue que se permitiese la adquisición efectiva, con el adelanto de solo un diez por ciento del precio de la propiedad. Las parcelas podían cambiar de manos varias veces en un día, con las correspondientes alzas de precios, que podían duplicarse y triplicarse en cuestión de semanas. La fiesta duró cuatro o cinco años, y en su final hubo incluso huracanes.   

El auge de Florida fue el primer indicio del verdadero estado de ánimo de los años veinte y de la convicción de que Dios se proponía enriquecer a la clase media norteamericana. Pero lo más asombroso fue la persistencia de esa disposición o actitud a renglón seguido del colapso de Florida. (…) Durante los cien años siguientes al colapso de de la famosa South Sea Buble los ingleses miraron con desconfianza hasta las más solventes e inmaculadas compañías por acciones. Por el contrario, aun siendo plenamente sabedores del dramático final del auge de Florida, la fe de los norteamericanos en la posibilidad de enriquecerse aprisa y sin esfuerzo gracias a la Bolsa fue cada día más firme. (Galbraith, 1979, p. 37)


En cuanto a los mencionados aspectos sociales todos remiten a la novela de Steinbeck,  y película de John Ford, “Las uvas de la ira” , que ilustran dramáticamente un aspecto bastante recurrente en muchas crisis: los grandes movimientos de población, especialmente entre el campo y la ciudad. En cuanto al mencionado desequilibrio ciudad-campo, es de reseñar ya venía de mucho antes de la crisis; era una afluencia constante, clásicos en la literatura y cine norteamericanos, de gente que llega a la ciudad, en parte huyendo de un conservadurismo rural que les resulta asfixiante, y en parte con los ojos repletos de una rutilante vida urbana, de la que se han atiborrado en el cine, y donde está la perversión de la gran ciudad. Hay quien afirma que la prohibición (de alcohol), aprobada en 1919, fue una concesión del gobierno a ese mundo rural (Adams 1979, p. 283)  Es interesante que en los EEUU esa tensión sociológica tome el expresivo nombre de anti-intelectualismo. 


      Sobre estos aspectos sociales es de reseñar el libro de Glen Elder sobre el segmento de población a quienes la Gran Depresión pilló en la infancia Por una serie de circunstancias Elder pudo seguir a un grupo de tales niños a lo largo de muchos años, y elaborar después los resultados. Con ese trabajo estableció el concepto sociológico de Cohorte, y los estudios del Curso de vida. El estudio establece sin lugar a dudas la correlación entre la severidad de la crisis vivida por el niño en la familia de origen, y la gravedad de distintos desórdenes psicopatológicos y de personalidad en el adulto correspondiente (Elder, 1974. p. 39)   Llama la atención que, al igual que Erikson, también señale las consecuencias positivas de semejantes desafíos, para una generación que después se comió la Segunda Guerra Mundial, y casi la de Corea. 

     Sobre la Crisis del 29 ni siquiera ahora los economistas se ponen de acuerdo, ni sobre las causas desencadenantes, (se dice que empezó con una sobre-producción agrícola que hizo caer los precios), ni menos aún sobre lo que habría que haber hecho. Los economistas ultraliberales, seguidores de Von Mises, dicen que lo mejor habría sido no hacer nada de nada; que si un banco se queda sin fondos, siendo pequeño y de implantación local, como casi todos entonces, es una tragedia que afecta a relativamente poca gente. Pero al intervenir el gobierno con medidas a nivel nacional, entonces ya son muchos los bancos afectados simultáneamente, y la ola se convierte en un sunami económico.

 En un mercado puramente libre y sin intervenciones no existiría el cluster de errores, ya que los entrenados empresarios no cometerían errores todos al mismo tiempo. (ROTHBARD 1963, p. 9)


         Casi todos dicen que casi todas las medidas que se tomaron fueron inútiles, cuando no contraproducentes. Keynes dejó establecido que lo único factible era estimular la economía mediante una fuerte demanda por parte del propio gobierno, es decir, el intervencionismo. Y este se hizo masivo con la Segunda Guerra mundial, que es lo que realmente acabó con la crisis. En eso están de acuerdo todos. Pero lo que nadie niega tampoco fue la eficacia psicológica de LAS intervenciones radiofónicas de Roosevelt, las famosas “charlas junto al fuego”.

LEED EL ARTÍCULO COMPLETO EN:


/"EL OLEAJE DE LA HISTORIA (2): La caída del Imperio Romano"
https://pacoderqui.blogspot.com/p/el-oleaje-de-la-historia-2-la-caida-del.html

domingo, 26 de noviembre de 2017

Woody Allen, en La Vanguardia

Maravillosa entrevista de Salvador LLopart a Woody Allen en La Vanguardia de hoy, 26/11/2016.  Conmovedora su sinceridad y su lucidez. Entresaco estas dos respuestas
Pero usted, como Flaubert con Bovary, ¿diría que Ginny (Winslet), la protagonista de Wonder wheel, es usted mismo?
No, no. Si acaso lo diría de Mickey (Justin Timberlake, el amante de Ginny); bueno, tan sólo de la mitad de Mickey. Yo no ejercería nunca de salvavidas; sé nadar, aunque no tanto como para rescatar a nadie. Pero entiendo muy bien su sueño de ser escritor. Micke quisiera ser Eugene O’Neill, o Sófocles, o Chéjov y todavía no sabe que nunca lo será. Yo al menos ya sé que no. Mickey sueña que será un gran ­escritor, y en ese sentido nos parecemos…
¿Qué es el genio?
Es eso indefinible que tienen en común los escritores que antes he citado y otros. Cualquiera puede escribir decentemente, pero muy pocos tienen eso que llamamos genio. En una obra de Chéjov los personajes se sientan alrededor de una mesa, hablan y hablan y nunca pasa nada, y sin embargo el resultado es maravilloso. Yo siento a mis personajes auna mesa y resulta un desastre. ¿Qué falta ahí?
¿Qué falta, sí?
Pues eso, el genio. En Chéjov se cuela algo imposible de medir o cuantificar, como en Picasso, con algo indefinible en sus dibujos y pinturas. Poca gente tiene ese tipo de genio. Muchos lo intentamos. Pero llega un momento en el que descubres que nunca jamás lo conseguirás y entonces haces lo que puedes, lo mejor que puedes. Entonces debes racionalizar la manera de seguir adelante con la certeza de que nunca estarás a la altura de tu ambición.
Y usted, ¿cómo racionaliza que no es ni será Chéjov?
Pues meto un chiste entre esos personajes míos que están sentados a la mesa…

viernes, 24 de noviembre de 2017

Juliana, vascos, catalanes... y canarios.

Juliana rides again. El de hoy  en "La Vanguardia" me ha resultado muy revelador : "LA ADVERTENCIA CANARIA", Madrid. 24/11/2017 03:44.
Dice así:
Adivine el lector quién pronunció estas palabras ayer en la tribuna del Congreso de los
 Diputados. ¿La diputada del Partido Nacionalista Vasco, Idoia Sagastizabal Unzetaba-
rrenetxea? No. ¿La portavoz de la izquierda abertzale, Marian Beitialarrangoitia Lizarralde?
 No. ¿Íñigo Jesús Alli Martínez, jefe de filas de la foralista Unión del Pueblo Navarro? No. 
¿Ferran Bel Accensi, portavoz económico del efímero PDECat, ahora Junts per Catalunya, 
ayer Convergència Democràtica? No. ¿Algún diputado de Esquerra Republicana de Catalu-
nya? No, porque ERC no quiso intervenir ayer en el debate sobre el cupo vasco. La invectiva-
 más dura contra Albert Rivera la pronunció la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas.
               
Los canarios también tienen su asimetría. Se llama Régimen Económico y Fiscal
(REF) y lo renegocian con uñas y dientes cada vez que tienen la posibilidad de
 influir en los presupuestos generales del Estado. El REF está reconocido por
 la Constitución y contribuyó a frenar el secesionismo del MPAIAC (Movimiento
para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario), grupo
panafricanista que llegó a poner en serios aprietos al Gobierno de Adolfo Suárez
a finales de los años setenta.
(Sigue más. Lectura muy recomendable)

viernes, 10 de noviembre de 2017

CARLIN: “PREGUNTAS INOCENTES” sobre CATALUNYA

“PREGUNTAS  INOCENTES”

La Vanguardia,  10/11/2017 00:57 | Actualizado a 07:15


Catalunya aparece en los medios aquí en Londres todos los días. Salgo al pub o voy a una cena y el tema siempre sale en conversación. Resulta que ocurre lo mismo en todo el mundo. Un amigo que acaba de estar en Sri Lanka (sí, Sri Lanka) me cuenta que el lío hispano-catalán está generando enorme interés por esos lares. Me dicen que en Bosnia lo mismo. A mí me escriben todos los días amigos de ­Argentina, México, ­EE.UU., ­Sudáfrica o Canadá preguntándome qué demonios está pasando.
Con el fin de que los lectores catalanes y españoles (o las dos cosas a la vez, según los gustos) tengan una mejor idea de cómo les miran hoy desde fuera, les paso una breve lista de algunos de los comentarios y de algunas de las preguntas más frecuentes, muy inocentes en casi todos los casos, que estoy oyendo...
Que un Gobierno convoque elecciones y que acto seguido el sistema judicial meta presos a los líderes de la oposición es, sin duda, una jugada novedosa, al menos en una democracia. Comentaba un amigo sudafricano que debe haber otros gobiernos que sueñan con poder hacer lo mismo, como por ejemplo el suyo, el del presidente Jacob Zuma, o el de Donald Trump.
Pregunta: ¿contarán dichas elecciones con la más mínima legitimidad nacional o internacional?
Ni Carles Puigdemont, el periodista más famoso del mundo, ni ninguna de las otras figuras independentistas han inspirado mucha confianza. Transmiten un aire de adolescentes pícaros, a veces confusos, y lo del exilio en Bruselas se ha visto en el extranjero, al menos hasta ahora, como un episodio más cómico que transcendental. Pero aun así la intención de voto independentista sigue en alza, según las encuestas.
Pregunta: ¿es tal la fuerza del sentimiento antiespañolista que si el Pato Donald se presentase a elecciones como principal candidato del independentismo el resultado seguiría siendo igual?
A un par de abogados con los que he hablado les resulta extraño que el arrebato infantil que condujo a la manifiestamente teatral declaración unilateral de independencia sea calificado por la ley como “rebelión y sedición”.
Pregunta: ¿va en serio esto de que podrían condenar a los políticos catalanes presos a 30 años de prisión, como si hubiesen matado a alguien?
Una periodista inglesa me comentó, atónita, que había leído que cientos de representantes oficiales del Partido Popular habían sido imputados por corrupción pero que casi nadie había ido a la cárcel.
Pregunta: ¿con qué autoridad moral el Gobierno del Partido Popular insiste en que está actuando en Catalunya en defensa de la ley?
Antes del referéndum escocés del año 2014, David Cameron, el primer ministro británico, dijo que se le “rompería el corazón” en caso de que los escoceses decidieran separarse del Reino Unido.
Pregunta: ¿el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, siente el mismo dolor cuando contempla la noción de una ruptura con Catalunya?
Se especula desde fuera, y más entre aquellos que han seguido con fascinación durante años la feroz rivalidad entre el FC Barcelona y el Real Madrid, que en el fondo lo que motiva al independentismo catalán y lo que en el fondo motiva la línea dura del Gobierno de Rajoy es el odio al otro.
Pregunta: ¿quién odia más a quién? ¿Los catalanes a los españoles o los españoles a los catalanes?
Aún desde la distancia a mucha gente le resulta claro que la fuerza del movimiento independentista proviene más del corazón que de la cabeza, que los sentimientos de sus seguidores se mueven en un terreno emocional, como respuesta a las acciones y las palabras de los que mandan en la capital española.

Pregunta: si dejasen en libertad a los presos, si dieran marcha atrás con el artículo 155 de la Constitución, si permitiesen un referéndum de verdad y los ánimos se calmasen lo suficiente como para que los catalanes pudieran pensar con la mente fría, ¿seguiría siendo concebible que una mayoría votase a favor de la independencia?

viernes, 29 de septiembre de 2017

Harari de nuevo

Insisto. Lo que dice este hombre es sencillamente una pasada:

Por primera vez en la historia, hoy en día mueren más personas por comer demasiado que por comer demasiado poco, más por vejez que por una enfermedad infecciosa, y más por suicidio que por asesinato a mano de la suma de soldados, terroristas y criminales. A principios del siglo XXI, el humano medio tiene más probabilidades de morir de un atracón en un McDonald’s que a consecuencia de una sequía, el ébola o un ataque de al-Qaeda.

martes, 12 de septiembre de 2017

El párrafo de Harari

        Este Harari es un historiador Israelí que ha escrito un par de libros sobre la historia de la humanidad desenfadados, desmitificadores en cuanto a los cacareados catastrofismos, y de los que ha vendido cientos de miles de ejemplares. Siempre mola que un intelectual se haga millonario. El primero "SAPIENS" viene a ser otro relato sobre lo que se sabe de la prehistoria de la humanidad, pero muy bien narrado, destacando aspectos relevantes, y con un sentido del humor desenfadado aunque un punto resabiado. Por ejemplo, que el principal estímulo en la aparición del lenguaje fue el chismorreo (ojo, estamos hablando de quién hace qué, con quienes; o sea de las identidades sociales). Y otro; la llegada del homo Sapiens supone la desaparición de todos los animales de más de 50 kilos. Libros muy recomendables de los volveremos a hablar.

     Pero ahora quiero trasladar un párrafo que considero de los más sorprendentes que he leído en los últimos años. Está al principio de su segundo libro "DEUS". He visto gente muy perturbada por esta sencilla constatación, que luego documenta con datos concretos a lo largo de unas cuantas páginas. No me enrollo más; juzgad vosotros mismos:

(Está hablando de las tres grandes calamidades que han azotado a la humanidad a lo largo de la historia: El hambre, la guerra (la violencia), y la enfermedad (las epidemias)...)

Por primera vez en la historia, hoy en día mueren más personas por comer demasiado que por comer demasiado poco, más por vejez que por una enfermedad infecciosa, y más por suicidio que por asesinato a mano de la suma de soldados, terroristas y criminales. A principios del siglo XXI, el humano medio tiene más probabilidades de morir de un atracón en un McDonald’s que a consecuencia de una sequía, el ébola o un ataque de al-Qaeda.

  

miércoles, 1 de febrero de 2017

Trump y el populismo

    Parece que me la tendré que comer envainada. Yo fui de los que dije, hace apenas  dos o tres entradas, que ya veríamos la diferencia entre los dichos y los hechos. Pues bien: parece que los hechos están siendo; así que rectifico. Así y todo conservo unos cuantos puntos para la esperanza. Donald empieza fuerte. Sabe que va a tener un montón de contestación y de presiones, y empieza dando un puñetazo en la mesa. Pero ya veremos.

    Por ejemplo, lo del muro. Una sorpresa es que ya hay mil kilómetros construidos ¿tantos?. Y una reflexión es la de la muralla china: no sirve de nada si no está constantemente vigilada. Y otra: me temo que algunas mafias estén frotándose las manos. Dentro de no mucho, si no ya, ese muro estará trufado de túneles que encarecerán el paso ilegal de la frontera; túneles cortos de pocos kilómetros, como los que aparecieron en la frontera de Israel. En cualquier caso, llevando el optimismo hasta la frontera (sin muro) del cinismo, será más trabajo para más gente.

     En la misma linea, están las perturbaciones económicas que estas decisiones, como el travel ban, y  tal, generen a la propia economía de los USA. Seguro el amigo Donald sí será sensible a esa argumentación. O sea... que ya veremos.

     Pero luego está lo que para mi es el fondo de la cuestión: lo de la ola de populismo que "azota" el mundo. Ya lo he dicho en otras entradas: Es la rebeldía del pueblo llano frente a las élites intelectuales. En España tuvimos amagos en ese sentido con ilustres empresarios  (Gil, Ruiz Mateos), a los que no les faltó cierto éxito. Por suerte tampoco eran demasiado presentables. Pero esperen que surja un líder de esa onda, con la cabeza bien amueblada, y ya veremos si no hubiéramos tenido que poner nuestras barbas a remojar. Puede que sea el caso de la señora Le Penn, ¡aquí al lado, colegas! ¡En la cultsísima y super-progresista Francia! ¿Como era lo de las barbas? Y es que hay un punto que las izquierdas no acaban de entender: ellos, la gente "con estudios", son la aristocracia de nuestro tiempo. En ese sentido es bien curioso, y debería hacer reflexionar a los viejos marxistas, que esa bandera la levanten multimillonarios. ¿Lucha de clases? ..¿O de identidades de rol, como ya entonces decía Weber?