Maravillosa entrevista de Salvador LLopart a Woody Allen en La Vanguardia de hoy, 26/11/2016. Conmovedora su sinceridad y su lucidez. Entresaco estas dos respuestas
Pero usted, como Flaubert con Bovary, ¿diría que Ginny (Winslet), la protagonista de Wonder wheel, es usted mismo?
No, no. Si acaso lo diría de Mickey (Justin Timberlake, el amante de Ginny); bueno, tan sólo de la mitad de Mickey. Yo no ejercería nunca de salvavidas; sé nadar, aunque no tanto como para rescatar a nadie. Pero entiendo muy bien su sueño de ser escritor. Micke quisiera ser Eugene O’Neill, o Sófocles, o Chéjov y todavía no sabe que nunca lo será. Yo al menos ya sé que no. Mickey sueña que será un gran escritor, y en ese sentido nos parecemos…
¿Qué es el genio?
Es eso indefinible que tienen en común los escritores que antes he citado y otros. Cualquiera puede escribir decentemente, pero muy pocos tienen eso que llamamos genio. En una obra de Chéjov los personajes se sientan alrededor de una mesa, hablan y hablan y nunca pasa nada, y sin embargo el resultado es maravilloso. Yo siento a mis personajes auna mesa y resulta un desastre. ¿Qué falta ahí?
¿Qué falta, sí?
Pues eso, el genio. En Chéjov se cuela algo imposible de medir o cuantificar, como en Picasso, con algo indefinible en sus dibujos y pinturas. Poca gente tiene ese tipo de genio. Muchos lo intentamos. Pero llega un momento en el que descubres que nunca jamás lo conseguirás y entonces haces lo que puedes, lo mejor que puedes. Entonces debes racionalizar la manera de seguir adelante con la certeza de que nunca estarás a la altura de tu ambición.
Y usted, ¿cómo racionaliza que no es ni será Chéjov?
Pues meto un chiste entre esos personajes míos que están sentados a la mesa…
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