Con desolada consternación he asistido, semana tras semana, a la arrogante y despectiva reacción de gran parte de (el resto de) los españoles respecto el problema catalán. Seguidor del matinal de onda cero, cadena de talante conservador, casi siempre bastante ecuánime, me desasosegaba en cambio todo los días la bochornosa grosería y el descarnado sarcasmo con la que aluden, casi diría que a pesar suyo, al problema de los secesionistas catalanes.
Y todo los lunes con Juliana aguantando el tipo entre ellos. Ayer estalló. Con motivo de la ya famosa metedura de pata del ínclito MAR, ayer escribió en su sección 11-9-11:
'Operación Sarcasmo'
La primera respuesta del Gobierno es cantar victoria y minimizar la respuesta catalana, mientras el columnismo quevediano de Madrid se emplea a fondo para ridiculizar y escarnecer la iniciativa de Mas, calificada de inmediato de "payasada" y "charlotada". En el terreno del sarcasmo y del escarnio, los quevedianos, quevedistas o quevedescos son imbatibles. Les sale del alma. La Operación Sarcasmo está en marcha y ayer registró un capítulo especialmente lamentable. Miguel Ángel Rodríguez, ex portavoz del Gobierno Aznar, soltó en un programa matinal de televisión que a Artur Mas le falta "un fusilamiento". Ayer se cumplían 74 años del fusilamiento de Lluis Companys, presidente de la Generalitat de Catalunya, en el castillo de Montjüic. Rodríguez, un botarate con evidentes dificultades para el autocontrol, es un personaje característico de la tropa quevediana. Entre sus méritos figura haber iniciado, con una arrogancia sin límites, la fenomenal ruina de imagen del Gobierno Aznar. Es sorprendente que aún le rían las gracias. Afirmaciones como las de ayer forman parte de un delirante costumbrismo que la derecha española parece incapaz de cuestionarse. En los países de nuestro entorno no es habitual que salgan tipos por la televisión bromeando sobre el imaginario fusilamiento de gobernantes elegidos democráticamente. Como les decía, la Operación Sarcasmo ha comenzado.
La primera respuesta del Gobierno es cantar victoria y minimizar la respuesta catalana, mientras el columnismo quevediano de Madrid se emplea a fondo para ridiculizar y escarnecer la iniciativa de Mas, calificada de inmediato de "payasada" y "charlotada". En el terreno del sarcasmo y del escarnio, los quevedianos, quevedistas o quevedescos son imbatibles. Les sale del alma. La Operación Sarcasmo está en marcha y ayer registró un capítulo especialmente lamentable. Miguel Ángel Rodríguez, ex portavoz del Gobierno Aznar, soltó en un programa matinal de televisión que a Artur Mas le falta "un fusilamiento". Ayer se cumplían 74 años del fusilamiento de Lluis Companys, presidente de la Generalitat de Catalunya, en el castillo de Montjüic. Rodríguez, un botarate con evidentes dificultades para el autocontrol, es un personaje característico de la tropa quevediana. Entre sus méritos figura haber iniciado, con una arrogancia sin límites, la fenomenal ruina de imagen del Gobierno Aznar. Es sorprendente que aún le rían las gracias. Afirmaciones como las de ayer forman parte de un delirante costumbrismo que la derecha española parece incapaz de cuestionarse. En los países de nuestro entorno no es habitual que salgan tipos por la televisión bromeando sobre el imaginario fusilamiento de gobernantes elegidos democráticamente. Como les decía, la Operación Sarcasmo ha comenzado.
Soy conservador. Como ya dije en otra entrada, las cagadas que me duelen son las de los míos. Lo digo por lo de Miguel Angel. Aparte de eso en una cosa se equivoca Juliana: la operación sarcasmo no es exclusiva de la derecha, me consta.
Y teniendo en cuenta que, diga lo que diga la jurisprudencia, el verdadero problema es que el voto separatista no hace màs que aumentar semana tras semana, Yo pregunto a todos mis compatriotas: ¿Como se sentirán los catalanes, incluso los no separatistas, al verse ridiculizados un día tras otro por parte de (el resto de) los españoles?
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