(Catalunya- España 24)
Me siguen gustando
mucho los análisis de Enric Juliana, en su serie “11-9-11”. La concatenación de
circunstancias, incluyendo lo de las tarjetas opacas de Caja Madrid, y ¡ya lo
que faltaba: el virus Ébola! hacen
que los próximos meses se presenten verdaderamente apasionantes. Tanto como
para decir que lo de Cataluña ni siquiera es lo más grave, en favor del advenimiento de " Podemos", a quienes todo esto está beneficiando, según Juliana, de forma tan clara como inesperada
Vale la pena transcribir este memorable párrafo de su último artículo, en el que, refiriéndose
al lío de las tarjetas opacas y su gruesa lista de implicados, dice:
La lista
parece salida de un manual de estrategia de Podemos: nombres excelentes de la
burguesía de Estado, palco del Bernabeu, altos cargos, consejeros de prestigio,
dirigentes medios del PSOE, cuadros sindicales, gente de Izquierda Unida con
corbata... El inteligente triunvirato de Podemos –Pablo Iglesias, Juan Carlos
Monedero e Íñigo Errejón– difícilmente podía soñar con un escenario mejor,
cuando decidió dibujar una nueva bisectriz española: la casta y la gente. En
los próximos meses les bastará con no cometer ningún error de bulto. Hay miles
de personas con la papeleta entre los dientes esperando a que abran los
colegios electorales. No aguardan milagros. Quieren castigar. Quieren pegar
duro y no van a cambiar de opinión.
Esta es la gran novedad española, más allá de Catalunya. El Partido de la Ira está acelerando. ‘Kompromat’ a ‘kompromat’, ‘Castor’ a ‘Castor’ (el fallido depósito de gas que encarecerá el recibo durante años), denuncia tras denuncia, escándalo tras escándalo –la ciudad de Alicante, durante años callada, comienza a estallar–, se va dibujando un año 2015 del todo imprevisible. Catalunya parece clave, pero no todo es Catalunya.
La fronda
de la ira también recorre la sociedad catalana, alimentando la ola soberanista.
Incluso puede desbordarla. Los analistas electorales comienzan a preguntarse
seriamente si CiU y ERC sumarían hoy 68 diputados. El porcentaje de indecisos
es enorme. Las corrientes subterráneas, difíciles de detectar.
¡ Qué imagen !:
Hay miles de personas con la papeleta entre los dientes esperando a que abran los colegios electorales. No aguardan milagros. Quieren castigar. Quieren pegar duro
Verdaderamente está “sembrado”,el tío.
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