La retirada de la vicepresidenta ha suscitado diversos comentarios, que reflejan los sentimientos encontrados que suscita el personaje. Como sabe la selecta élite de lectores de este blog, estoy entre los simpatizantes de la pequeña gran mujer del gobierno de Rajoy. Me complace pues constatar que un elemento que comparten todos los comentarios es que, dejando aparte la cantidad de poder que llegó a acumular, y del uso que hiciera del mismo, lo que nadie le niega es su coraje, su capacidad de trabajo, y su enorme preparación.
Con los follones y descoordinaciones con los que se ha encontrado nuestro actual presidente y su gabinete, seguro que más de uno habrá suspirado "¡Ay Señor, y nuestra Soraya...¿cuando llegará?"
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