Ya hablamos en otra entrada de las "condiciones de contorno", forma pedante de decir que, una vez al frente del gobierno de semejante país, de semejante identidad, Trump hará lo que pueda hacer; o sea, lo que le dejen hacer, para empezar, los de su propio partido. Han sido varios los que lo han señalado. Y también que pasó algo parecido cuando fue elegido Reagan. Y después resultó ser un presidente muy querido por los norteamericanos.
Por ejemplo lo acaba de decir Antonio Garrigues en Onda Cero (X-09/11/16 09.00): "...de lo que Trump decía en campaña a lo que haga como presidente, la mitad de la mitad". Y que lo que hay que hacer es pensar en lo que está ocurriendo: el populismo; el descontento de la gente; el sentimiento antisistema. Es la América rural, frente a la américa de las grades ciudades.
Habrá ocasión de hablar de todo esto, en los términos de este blog: la identidad sistémica. Pero como muestra, el discurso inicial de Trump: ha sido impecable. Conciliador, moderado, incluso ha felicitado a Hillary con una convicción casi afectuosa
Además de la crisis, claro.
Es como si la gente dijera: Vale, mandad vosotros porque el mundo es muy complicado, y hacen falta tíos muy listos con muchos estudios. ¡Pero eso mientras las cosas funcionen...!...
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