Oriol Junqueras estaba ya
con el micro puesto en la solapa a punto de entrar en directo frente a Josep
Cuní en 8TV cuando en su móvil apareció un nombre: “Soraya”. La vicepresidenta
contestaba al líder de ERC que le había enviado un SMS de felicitación por su
confirmación como vicepresidenta del Gobierno. A pesar de la situación, con el
silencio del plató y la necesidad de entrar ya en prime time, Junqueras no dudó
en contestar y hablar dos minutos con la vice. Anteriormente ya lo había hecho
con los ministros Guindos y Montoro, a los que felicitó por su continuidad en
el cargo. Junqueras no esperaba que la vicepresidenta le llamase y pensaba que
devolvería su mensaje de felicitación con otro similar agradeciéndole el gesto.
Pero no. Sáenz de Santamaría le quiso llamar. Quedaron en verse y se saludaron
de forma muy cordial.
Lo de "Soraya" así, a secas, en el móvil de Junqueras, y el que este haga esperar dos minutos al gran Cuní para contestarle, es una de esas imágenes para el análisis y el recuerdo, rematado con ese "quedaron en verse", de inapreciable valor realcional. Del resto del artículo vale la pena la comparación entre las cuitas y el estilo de Puigdemont, y los de Junqueras.
Siempre es grato que las noticias de vez en cuando confirmen las suposiciones, o las intuiciones, siempre inciertas, y con frecuencia erróneas que nos hacemos sobre la actualidad. Por ejemplo en este caso, la de que en la política real hay bastante más maniobra, y más fina (en el doble sentido de la palabra), que las vocingleras proclamas de titulares y tertulianos.
Hecho de menos a Juliana
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