Acabo de escuchar a un tal Juan Ignacio Crespo en una tertulia, y me ha gustado como lo enfocaba el menda este. Dijo que él ya predijo hace un par de años que la crisis duraría hasta el 2017 (con vaivenes) y que entonces le dijeron "¡qué pesimista!" El tío mantiene su predicción, y ahora le dicen "¡qué optimista!".
Claro, yo tengo el curro asegurado, y me resulta fácil tomar una posición distante. A la gente que está pasándolo verdaderamente mal.... ¡como para andarles con filosofías!.
Pero el tema es ese: tomar distancia, intelectualmente hablando, digo. Yo parto de mi visión de la humanidad en el contexto de la Biosfera (véase la página "El Exoplasma"). Naciones, culturas, tribus, ciudades, coaliciones, imperios, empresas, super-empresas, clubs.... son todos verdaderos organismos tan ontologicamente fundamentados como las cucarachas o las zarigüeyas. La evolución humana, es decir, la historia humana, es la cronología de como van surgiendo y desapareciendo grupos humanos de diversa índole; Esos organismos, en cuanto no son un proyecto acabado, van sufriendo crisis; y de crisis en crisis es como se van produciendo avances.
La naturaleza y estructura de esas agrupaciones humanas, su dinámica, su manejo o su gestión, es lo que se llama política. Al igual que los dioses, al personalizar la dinámica universal, nos facilitan nuestra relación con la realidad, sobre todo a nivel emocional, los reyes a su vez personalizaron el poder de los grupos cada vez más grandes en los que se va articulando la humanidad... habrá más sobre esto....pero está en la linea de anteriores páginas sobre la monarquía, y sobre la religión.
La economía es la fisiología de estas agrupaciones humanas. Las convulsiones de su constitución, como las de un recién nacido, son las crisis de su crecimiento, y de los tanteos de su Autopoyesis frente a la realidad que ellas mismas van modificando.
La historia de la política, así vista, es la de agrupaciones cada vez mayores. Puro Darwinismo que, aunque no sea la última palabra sobre la evolución orgánica, no vamos a mitificar ni reificar nada, no cabe duda de que es un factor insoslayable. Y el tamaño es un factor de supervivencia y de competitividad.
Paradigma de esas agrupaciones es el imperio Romano, probablemente el mayor logro político de todos los tiempos, puesto en relación con la tecnología de la época. También tuvo sus crisis. En el 300, mas o menos, mucho antes de que tomaran forma de amenaza militar concreta, hubo en el Imperio Romano una crisis horrorosa económica y psicológica. Surgieron sectas y movimientos de suicidios y automutiliaciones... un mal royo general que también afectó al incipiente cristianismo, dando lugar a variantes fascinantes pero lúgubres y peligrosas (el gnosticismo).
Apremiados por la globalización y por el ajedrez geoestratégco, los líderes europeos apresuran una unión política más allá de su verdadero fundamento socio-psico-económico (o sea, que la peña no está tanto por la labor). Es un poco Frankestein; no basta con coser juntos un hígado, unos brazos, un estómago... para que el resultado funcione. El animalico va a pasar unas cuantos "mareos" antes de llegar a poder andar...si es que lo consigue.
Pero es que la geoestrategia parece que dice que en el mundo que viene va a haber cuatro o cinco superpotencias: los chinos, quizá los hindúes, quizá los brasileños, quizá los rusos... y con bastante probabilidad los americanos. Como los europeos no consigan unirse, van a ser machacados ...vamos que no van a contar para nada. Pasaremos a ser un apéndice de los americanos, que es con quienes somos antropológicamente más afines. Como les pasó a los griegos respecto a los romanos.
Hasta que los parámetros se van igualando, los humores se vayan adecuando, los flujos se vayan armonizando... pues más crisis que vendrán. Pero hay que aguantar, si en algo apreciamos nuestra identidad cultural.
Pero si no lo conseguimos, pues tampoco es ninguna tragedia. Al igual que la hélade quedó subsumida en el super-meta-organismo latino... así nosotros tal vez acabemos siendo el 73º estado de la unión. ¿Se imaginan?
Seguiremos sobre el tema
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