lunes, 12 de diciembre de 2011

Ser monarquico (en los tiempos que corren)


     Lo que no se entiende de todo este lío del yernísimo es cómo se dejó que las cosas llegaran hasta ese punto. Con todos los superestupendos servicios de inteligencia que debe haber en España, esos que han infiltrado la ETA hasta los tuétanos, por ejemplo (¡que hay que echarle valor y profesionalidad!), ¿no hubo nadie que le diera un toquecillo al muchacho? ("Chicoo, tate esas manos y compórtate, ¡que eres yerno del rey!").

    Aparte de filtraciones y otros malos rollos, a mi eso me mosquea un montón. Alguien dejó que esta bola fuera creciendo y creciendo de un modo incomprensible... a no ser que se tuviera interés en darle "un viajecito" a la institución. Porque claro, la cosa viene a pelo para que la peña republicana se cachondee a gusto, que están en su derecho, y puede que en su deber, y con ellos todo el tropel de racionalistas y listillos de todo tipo, rasgándose las vestiduras por estar soportando una institución  tan demodé, y unos gastos ¡tan inútiles!

  Por tanto cabe preguntarse: ¿Se puede ser monarquico en los tiempos que corren? ¿Tiene algún sentido una institución tan aparentemente irracional en nuestros tiempos?  Mi respuesta es que sí, se puede monárquico, incluso en los tiempos que corren, y sobre el como y el porqué de tal opción ideológica es sobre lo que vamos  a echar un lance, ahora en esta entrada.

  Para empezar un indicio: resulta interesante que muchos de los países sociológicamente más evolucionados del mundo sean monarquías: Holanda, Inglaterra, casi toda Escandinavia....¡y sin olvidar a los nipones, que esos no rey, sino emperador es lo que tienen ! (con un par de ...narices). Ciertamente hay otro montón de paises estupendos que son repúblicas, probablemente  mayoría,  encabezados por los USA y Francia,  cuya preeminencia cultural y política está fuera de toda duda. De hecho parece que la república el sistema de gobierno "lógico" en nuestra cultura racional y científica.  ¿Entonces hay que pensar que toda la peña de esas monárquías son tontos o están un poco locos?  No parece una conclusión sensata sobre los  países mencionados, así que de nuevo nos preguntamos ¿Porqué sigue habiendo monarquías? ¿Qué saca la gente de esa institución?  O directamente: ¿Para qué sirve una monarquía?

   A mi entender la clave tiene que ver con las identidades colectivas, que es un asunto con fundamento emocional. (Véase aqui mismo el artículo "Job, de Jung") Todo el personal comprende que para gestionar un país, o lo que sea, hacen falta tíos preparadísimos, con muchas carreras, másteres, y supongo que también bastante mala leche. Un personal que será lo que sea, menos entrañable. Y en cualquier caso con una presencia siempre precaria: como máximo 8 años. Un verdadero coñazo inevitable para que las cosas funcionen. Para la delicada emotividad, ¡tan vulnerable!, que fundamenta nuestras identidades, hace falta alguien con el que identificarse. Un tio que esté ahí como queremos estar todos en nuestro ser: porque sí.  ¡Alguien al que querer! ...y que esté con una estabilidad razonable.

   Esa es la función de un rey; nada menos. Un vértice emocional del sistema social...  Y que esa persona que esté ahí, no porque sea superinteligentisimo, ni porque tenga más ...narices que nadie, sino por ser él quien es, como yo me quiero a mi mismo, por ser yo quien soy . Un rey sirve para personificar nuestra identidad colectiva, de forma que aúne la corriente emocional que constituye esa identidad, y que tenga más permanencia que el acribillante decenio que se les concede a los gobernantes reales (que no Reales).

   Visto así ¡Resulta que el rey es el verdadero representante del pueblo!  Si, del pueblo llano, eso he dicho. Y ante él, que no tiene ningún poder real (como el pueblo) rinden pleitesía  los verdaderos gobernantes del estado, esos con tantos estudios y tan competentes. El rey como el pueblo no tiene ningún poder real, pero es el depositario  del verdadero poder Real.

    Visto así, me gusta mi rey, y aún más el príncipe. Por eso soy monarquico. Me facilitan el que les quiera, y les quiero con la sencilla espontaneidad de mi ser español.  Porque tienen en abundancia la unica cualidad que se le pide a cualquier persona y por tanto a un rey: la de ser buena gente; la de ser "un buen tío".  O si se quiere todavía más en castizo: "ser un tío cojonudo". Y eso me complace, frente a un cuerpo político del que la mayoría de las veces no sé que pensar, sencillamente porque no entiendo nada de los problemas que les ocupan, se sitúa mi rey, una persona entrañable, en la que confío y a la que conozco como a un viejo pariente repleto de dignidad. Y aunque su poder frente a ellos sea puramente simbólico (¡como si eso fuera poco!), a fe que mola verles inclinar respetuosamente la cabeza ante el rey, el rey de todos, nuestro rey... MI rey.
   Y por eso afirmo que sí, se puede ser monárquico, incluso en los tiempos que corren. Y  no solo se puede, sino que además es una opción llena de sabiduría. Y consecuente con ello, y dado el mal trago que deben estar pasando, ellos y cuanto les quieren, no puedo menos que acabar con un explícito y castizo   ¡Viva el Rey!

No hay comentarios:

Publicar un comentario