miércoles, 1 de febrero de 2017

Trump y el populismo

    Parece que me la tendré que comer envainada. Yo fui de los que dije, hace apenas  dos o tres entradas, que ya veríamos la diferencia entre los dichos y los hechos. Pues bien: parece que los hechos están siendo; así que rectifico. Así y todo conservo unos cuantos puntos para la esperanza. Donald empieza fuerte. Sabe que va a tener un montón de contestación y de presiones, y empieza dando un puñetazo en la mesa. Pero ya veremos.

    Por ejemplo, lo del muro. Una sorpresa es que ya hay mil kilómetros construidos ¿tantos?. Y una reflexión es la de la muralla china: no sirve de nada si no está constantemente vigilada. Y otra: me temo que algunas mafias estén frotándose las manos. Dentro de no mucho, si no ya, ese muro estará trufado de túneles que encarecerán el paso ilegal de la frontera; túneles cortos de pocos kilómetros, como los que aparecieron en la frontera de Israel. En cualquier caso, llevando el optimismo hasta la frontera (sin muro) del cinismo, será más trabajo para más gente.

     En la misma linea, están las perturbaciones económicas que estas decisiones, como el travel ban, y  tal, generen a la propia economía de los USA. Seguro el amigo Donald sí será sensible a esa argumentación. O sea... que ya veremos.

     Pero luego está lo que para mi es el fondo de la cuestión: lo de la ola de populismo que "azota" el mundo. Ya lo he dicho en otras entradas: Es la rebeldía del pueblo llano frente a las élites intelectuales. En España tuvimos amagos en ese sentido con ilustres empresarios  (Gil, Ruiz Mateos), a los que no les faltó cierto éxito. Por suerte tampoco eran demasiado presentables. Pero esperen que surja un líder de esa onda, con la cabeza bien amueblada, y ya veremos si no hubiéramos tenido que poner nuestras barbas a remojar. Puede que sea el caso de la señora Le Penn, ¡aquí al lado, colegas! ¡En la cultsísima y super-progresista Francia! ¿Como era lo de las barbas? Y es que hay un punto que las izquierdas no acaban de entender: ellos, la gente "con estudios", son la aristocracia de nuestro tiempo. En ese sentido es bien curioso, y debería hacer reflexionar a los viejos marxistas, que esa bandera la levanten multimillonarios. ¿Lucha de clases? ..¿O de identidades de rol, como ya entonces decía Weber?

   

 

2 comentarios:

  1. De acuerdo con tus reflexiones, pero tb me gustaría algo respecto a la ínclita Hilary y su mundo...

    ResponderEliminar
  2. Se me escapa. Pura aristocracia, incluso en el mejor de los sentidos: Presentación impecable... y un punto inquietante. Quizá enfermó de mal de altura... muy lejos del suelo. Su marido al menos resultaba muy simpático,.

    ResponderEliminar