sábado, 6 de febrero de 2016

Modelo Sistemico de la Identidad

Modelo Sistemico de la Identidad


La identidad es el postulado básico de la conducta de todo sistema, incluidos los sistemas humanos, sociales o individuales. Por conducta entendemos los cambios concretos y sucesivos que manifiesta  un sistema, en virtud de su dinámica interna (fruto interactivo en cada momento de su historia) y de su entorno.  Ambos determinantes, historia y entorno, configuran en positivo y en negativo esa identidad:

Positivamente forma parte del sistema, es decir, de su identidad, todo cuanto evoluciona solidariamente con él, con continuidad estructural y cronológica, compartiendo una historia  y un destino común.
Negativamente, frente a Él, o a su alrededor, está el “no-sistema”, el entorno,  que reacciona secuencialmente a esa conducta.

---  La identidad de un sistema es, por tanto, la cualidad que atribuimos a los elementos que lo componen, al hecho de formar parte de él, en conjunto y cada uno de ellos. Su definición es consecuencia  de la más importante de las propiedades emergentes de los sistemas: la unicidad. El sistema se comporta de forma unitaria, y todos los elementos que lo integran comparten su destino. Al menos en el entorno significativo del sistema.

Se asume una estructura jerárquica de la realidad, de manera que todo sistema se compone de subsistemas, y  a su vez forma parte de un metasistema. Por lo tanto la identidad será siempre un concepto relativo, válido sólo en el nivel de integración sistémica que se está considerando. Si estamos hablando de las decisiones que toma un ejecutivo en su trabajo, la identidad relevante será la empresa, por cuanto esas decisiones tienen sentido en la dinámica de esa empresa, y no en su vida propia; si consideramos los problemas relacionales del sujeto con sus compañeros, entonces la identidad relevante será el propio individuo, y la empresa su contexto. Pero si consideramos las molestias de su hígado, como hace su médico de cabecera, entonces la identidad relevante será el hígado, en el contexto del cuerpo físico del sujeto. Otra cuestión es la relación que haya, si la hay, entre esos niveles.

     Se asume que puede haber sistemas de un solo elemento. En el caso de una persona humana  estaríamos hablando de su identidad individual.

---  Se comprueba que tal definición es compatible con  individuos, grupos sociales (empresas, tripulaciones, ejércitos…), manadas de mamíferos, bancos de peces, hormigueros… e incluso sistemas inorgánicos, como p.e. un sistema atómico, un sistema planetario, o un sistema geológico.

--- Este punto de vista concuerda con la concepción global de la evolución que manejan los biólogos.  Se asume que hay una presión evolutiva hacia orgánicos de  mayor tamaño [22], lo que conduce, en este nivel evolutivo de organismos multicelulares, a metasistemas formados por organismos,  lo que conocemos como sociedades, manadas o grupos en el reino animal. E.O. Wilson, fundador de la Sociobiología, que reivindica las raíces biológicas de la conducta social,  considera que la especie humana constituye uno de los 4 pináculos de la evolución en ese sentido, junto con los celentéreos (corales), los insectos sociales, y casi todos los mamíferos :

Primero deberíamos darnos cuenta de que los sistemas sociales se han originado repetidamente de un grupo principal de organismos a otro, alcanzándose grados ampliamente distintos de especialización  y complejidad. Hay  cuatro grupos que ocupan posiciones más elevadas que los demás: invertebrados coloniales, insectos sociales, mamíferos no humanos y el hombre; ellos presentan cualidades básicas de vida social que son únicas en sí mismas.[23]

--- La novedad evolutiva de los sistemas humanos es que cada sujeto es capaz de formar parte de más de un sistema al mismo tiempo. Es decir, puede tener más de una identidad. Recuerden a los espectadores de Anfield (23.1), cada uno con su familia, su trabajo y, como buenos británicos, su club. Ciertamente el ejercicio fáctico de esas identidades no puede ser simultáneo: el organismo humano solo tiene un out-put: el propio organismo. Pero nada impide que esas identidades estén en activo “por dentro”. Por tanto el meta sistema social humano se compone de grupos  que no son disjuntos, es decir, que interseccionan entre sí [24].

    Se puede encontrar una situación algo parecida a nivel fisiológico: serían las moléculas que intervienen en diferentes sistemas bioquímicos, pero como especie. Es decir, una misma substancia puede intervenir en distintos sistemas fisiológicos, pero no la misma molécula en concreto.

--- Este modelo permite también una  interpretación evolutiva de la conciencia humana. Dada la presión evolutiva hacia sistemas nerviosos cada vez más complejos [25], es concebible que, análogamente a los sistemas electrónicos, los organismos acabasen desarrollando lo que conocemos como “modelos”, o simuladores; es decir, un simulador interno de la realidad. Ese proceso, que seguramente no fue instantáneo, culminó en la especie humana, pero no solo en ella, en una estructura que mediaba entre el  Estímulo y la Respuesta, y que permitía básicamente la anticipación de la realidad.

---  Ese simulador  es la realidad subjetiva para las personas, la realidad vista desde dentro, y su funcionamiento continuo es lo que conocemos como consciencia. Puede decirse que, vista desde dentro, ES la realidad, y desde afuera el  YO, o sea, la identidad. El software de ese simulador, de esa percepción de la realidad, es lo que conocemos como el pensamiento racional, que se constituye como el fundamento cognitivo de la conducta humana, que permite la creación del lenguaje, de las herramientas, de las normas sociales y de la ciencia. La identidad será la referencia conductual de ese simulador.

     Una consecuencia interesante de esas “raíces biológicas” es que la supervivencia en grupo,  la identidad colectiva,  es anterior a esa consciencia. Por lo tanto es vano buscar una causación cognitiva  a la conducta social. Como en tantos otros aspectos de la vida humana, también en este “la emoción decide y la razón justifica”. La vida en grupo forma parte consustancial de la condición humana. Un verdadero instinto básico, anterior y más poderoso que ese simulador, que operativamente se adaptará a él conformando en cada momento la identidad relevante.

     De forma concomitante el simulador también nos proporciona una interpretación de la aparición y significado del lenguaje, y de su relación con la identidad. Como ya ha sido detectado por los antropólogos, el lenguaje forma parte del complejo cultural que media entre la especie humana y la naturaleza. Complejo cultural que no es sino la estructura de la vida del grupo. El antropólogo Clifford Geertz, viejo conocido, lo incluye en su célebre  “interpretación de la cultura”, en uno de sus más apasionados y célebres párrafos, que nos permitimos citar extensamente (los subrayados son míos):

Como la fabricación de herramientas depende de la destreza manual y de la previsión, su implantación debe haber determinado un desplazamiento en las presiones de la selección, de suerte que éstas favorecieran el rápido crecimiento del cerebro anterior, así como con toda probabilidad favorecieron los progresos en la comunicación y en la regulación moral , fenómenos que tenemos razones para creer que se dieron también durante este período de superposición de cambios culturales y cambios biológicos (se refiere al pleistoceno

(…)  El período glacial parece haber sido no sólo la época en que se borraron la prominencias sobre las órbitas y se contrajeron las mandíbulas, sino también la época en que se forjaron casi todos aquellos caracteres de la existencia del hombre que son más gráficamente humanos: su sistema nervioso encefálico, su estructura social basada en el tabú del incesto y su capacidad para crear y usar símbolos. El hecho de que estos rasgos distintivos de la humanidad surgieran juntos en compleja interacción recíproca antes que en una serie continua, como se supuso durante tanto tiempo, tiene una importancia excepcional en la interpretación de la mentalidad humana, porque esa circunstancia sugiere que el sistema nervioso del hombre no lo capacita meramente para adquirir cultura, sino que positivamente le exige que la adquiera para ser una criatura viable.  Lejos de obrar la cultura sólo para complementar, desarrollar y extender facultades orgánicas lógica y genéticamente anteriores a ella, parecería que la cultura fue factor constitutivo de esas mismas facultades. Un ser humano sin cultura probablemente no sería un mono con talentos intrínsecos aunque no realizados, sino que sería una monstruosidad carente de todo espíritu y, en consecuencia, una monstruosidad nada viable.  Lo mismo que el repollo al que tanto se asemeja, el cerebro del homo sapiens, habiendo surgido dentro del marco de la cultura humana, no sería viable fuera de esa cultura [26]

-- Desde nuestro  modelo, esto lo podemos expresar como que la aparición de un  sistema de procesamiento muy complejo, que incluye la modelización de la realidad, en una especie que YA ERA social, lleva inevitablemente al lenguaje. Es una situación parecida a la aparición de los procesadores domésticos, los PC, en un mundo en el que YA existía el teléfono; la consecuencia casi inmediata es la aparición de Internet. Podemos expresarlo como que la comunicación entre sistemas complejos precisa   de un canal de comunicación de banda ancha. En ambos casos, lenguaje e internet, se da el fenómeno conocido de los evolucionistas, de que un nuevo rasgo, físico o conductual, una vez aparecido cobra entidad y autonomía propias [27].

--- Destaquemos en ese texto de Geertz, célebre por su homología entre el cerebro, la cultura y el repollo, la importancia que da a la naturaleza sistémica de esta serie de acontecimientos, acaecidos… “en compleja interacción recíproca”.

 - Otra consecuencia de este modelo de consciencia es la incertidumbre subjetiva. El modelo puede anticipar una realidad, pero no  sólo una… y puede equivocarse. Cualquier persona conoce las torturas de la indecisión.  Y precisamente la reducción de la incertidumbre es una de las motivaciones que se han postulado, por ejemplo por Sherif, para explicar el vínculo entre el individuo al grupo [28].

--- Como todo a sistema vivo, podemos atribuir dos propiedades generales a los sistemas humanos: La supervivencia y la expansión. Por lo que se refiere a la supervivencia, uno de sus componentes es la defensa frente a la agresión, que a su vez toma dos formas: el ataque y la huida.

--- En lo que se refiere a la expansión, esa definición de sistema incluye la incorporación de elementos inorgánicos. El filósofo y matemático Bertrand Russell  llamó a esa tendencia “imperialismo químico” [29] :

Cada uno de estos (seres vivientes) es una especie de imperialista que procura transformar la mayor cantidad posible  de la materia que le rodea, en su propio organismo o en el de su simiente. (…) el hombre es sólo el último ejemplo (por ahora). (… su actividad) puede resumirse en una fórmula muy sencilla: transformar la mayor cantidad posible de la superficie terrestre en cuerpos humanos.

En los individuos humanos esos elementos materiales, fabricados o adquiridos en el trueque social, es lo que conocemos como propiedad. Esa extensión material, de la que se puede argumentar que posee cualidades de la materia viva, tiene precedentes evolutivos: el citoplasma de las células eucariotas. Podemos llamar genéricamente Exoplasma a esa extensión material,  por analogía, y  por el antecedente conceptual de Alfred Lotka[30], que llamó Evolución exosomática a la de esos artefactos “anexionados” al organismo humano. La clave es que las cosas que posee una persona forman parte de ella misma, son su Exoplasma, estableciendo con él una relación análoga al Citoplasma respecto el Núcleo celular,  y que son resultado de ese imperialismo quimico de Russell. Esta idea, con grandes posibilidades intelectuales, se desarrolla en otro lugar [31].

Es de señalar que esas características de la identidad de un sistema orgánico también se manifiestan en las identidades de grupo. Por ejemplo, todo grupo humano tiende poseer un extensión exoplasmática, a veces notablemente conspicua, como en empresas, ejércitos o tripulaciones, amén de lo que se conoce como “obra civil”: carreteras, puentes, murallas…  En lo que a nosotros nos interesa, eso implica que la vivienda, y todos sus contenidos, como la ropa, forman parte de la familia como cualquiera de sus miembros, formado parte de la trama emocional familiar, aunque sea pasivamente, hecho que ha sido detectado y estudiado por diversos autores. [32]   
                                                                                                                                  .
La otra característica de los sistemas humanos, como sistemas vivos, es la respuesta a la agresión. Es bastante notable, y para muchos preocupante, la frecuencia e intensidad de las conductas agresivas cuando están respaldadas por una identidad colectiva: motines, linchamientos, atentados, guerras… El control cultural pasa por su institucionalización, lo que da lugar a los distintos tipos de cuerpos de seguridad: policía, ejército... Pero en todo caso es intuitivamente concebible que la actuación en un nivel existencial “superior” (metasistémco) proporcione a las personas un tipo de motivación diferente de la que actúa a nivel individual. Al formar parte de “algo más grande” es como si los códigos morales tomasen otra dimensión, puesto que esos códigos regulan básicamente las relaciones con el Endogrupo (los copartícipes sistémicos, en lenguaje de la PS). El Exogrupo (los de otros grupos) es como si fuera otra especie… para ellos no rigen las normas sociales. Como modelo teórico esta consideración viene a dar respaldo biológico al Modelo Frustración-Agresión; quizá un respaldo académicamente precario, pero intuitivamente diáfano: constituye un aprendizaje básico de toda persona, incluso de todo ser vivo, que la  gran mayoría de los organismos atacan cuando se les molesta, y normalmente sólo entonces. [33]


BIBLIOGRAFÍA


[22]  Margalef, Ramón.(1974) Ecología. Omega (p. 905)

[23] E. O. Wilson (1975). Sociobiology. The New Synthesis .The Belknap Press of Harvard University Press. (SociobiologíaLa Nueva Síntesis. Barcelona, Omega, (1980) p. 395)

(23.1) Véase "La construcciòn Social de la Identidad".A continuación, en este mismo blog.

[24] Esa situación admite un sencillo tratamiento matemático. Véase en internet “Sociabilidad, fórmula de Conde Derqui”

[25] Margalef, R. op.cit.

[26] Clifford Geertz  (1973). The interpretation of Cultures. Basic Books Inc, Nw York .(La interpretación de las culturas. Gedisa, 1987  (p. 69)

[27]  K. Lorenz . (1963) Das Sogenannte böse  (La agresión, el pretendido mal. Siglo XXI, 1971.p.e.: p. 195)

[28]  Modelo de Reducción de Incertidumbre.(…)

[29]  Bertrand Russell, 1927.  An outline of Philosophy.
      (Fundamentos  de  Filosofía. Los premios Nóbel de literatura. Plaza y Janés, 1964.Vol. 1;  p.1692)

[30]  Alfred Lotka. The law of evolution as a maximal principle. Human Bilogy, 1945, vol. 17, nº 3. p. 187.

[31]  Francisco Derqui. El exoplasma humano(En elaboración.)

[32]  Furby, L (1978) “Possessions: Toward a Theory of Their Meaning and Function throughout the Life Cycle”. Life Span Development and Behavior”  Vol. 1  Academic Press, Inc.

Csikszentmihalyi, M; Rochberg-Halton, E. (1981) The Meaning of Things, Domestic symbols and the self. Cambridge University Press

Rochber-Halton,E (1984) Object relations, Role Models, and Cultivation of the Self. Environment and Behavior. Vol. Nº 16, May 1984. 335-368

Beaglehole, E (1932)  Property: a Study in Social Psychology. The Macmillan Co.  Nw. York, 1932

 Belk, Russell.(1988) “Possessions and the Extended Self” Journal of Consumer Research, vol. 15, Nº2 (Sept 1988) The University of Chicago Press

[33] Es en lenguaje coloquial la misma idea que expresa Freud en su famosa cita, "EL yo aborrece...", en la que se inspiran explcícitamente Dollard y Miller. 
   -- Freud. Los  insitintos y sus destinos. O.C. p.2050
   -- Dollard y Miller. Frustración y Agresión




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