No tiene nada de raro que el entrañable Pablo Motos estuviera totalmente entregado. Siempre lo está.
En Soraya me ha sorprendido algo la naturalidad que ha mostrado contando intimidades "cotidianas" de la vida en el gobierno. Más me ha sorprendido que se prestara, en frío, a bailar con la peña.
Pero lo que más me ha gustado, y conmovido, es que se la veía un poco envarada. En algunos debates con Rubalcaba se la veía más desenvuelta y chulapona. Y entonces he tenido una intuición estupenda sobre esta notable mujer. ¡Es tímida!. ¡Estaba un poco asustada de estar en un programa de tanta audiencia!. Lo que pasa es que, como su Jefe Rajoy, en la brega parlamentaria se crece, y se crece en el cuerpo a cuerpo, Ambos son mejores en la réplica y en la contra-réplica.
Y ese detalle, esa timidez, superada con creces con una profesionalidad atómica, ha incrementado hasta límites estratosféricos mi simpatía por esta pequeña gran mujer, sin duda alguna, una de las mejores políticas de nuestro país.
Magnífica Soraya.
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