El mismo error todo el tiempo: cabrearse.
Bien sé que psicológicamente el cabreo es una alternativa a la depresión (véase "modelo de la rata pringada). Pero desde luego no sé si es la manera de convencer de que permanezca con nosotros a quien no quiere estarlo.
Debo dar la razón a Gabilondo, gran gurú de la progresía, cuando dice en un vídeo a propósito que corre por ahí, que todo el mundo se enfada y amenaza, pero que nadie hace nada por remediar el problema de fondo: la creciente desafección de los catalanes hacia el resto de los españoles. No me resisto a replicarle:¿Y Vd.señor Gabilondo; qué ha hecho Vd.?. Lo mismo que todos: cabrearse. Solo que Vd. con los españoles.
Pero su apreciación es básicamente correcta. ¿Qué ha hecho nadie por acercarse sentimentalmente a los catalanes?
Vaya mi propuesta en la próxima entrada
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