Al final vamos a parar de nuevo a la cuestión de la identidad; de la individual y de las colectivas. Las identidades colectivas, ese es uno de los grandes fenómenos que configuran nuestra realidad humana. Tengo pendiente extenderme más sobre tan peliagudo tema, aunque podéis encontrar un adelanto en la página “JOB DE JUNG” de este mismo blog.
Es un tema que nos parece trivial cuando va de las ajenas, incluso ridículo. Pero que nos resulta desconcertantemente doloroso cuando nos las tocan a nosotros. Y es, por tanto, muy fácil hacerse daño mutuamente. Los Catalanes y el resto de los Españoles.
Vaya por delante que yo sí creo que Cataluña existe, y que España
también. Y que, por supuesto, tienen derecho a la autodeterminación. Y que
tampoco tengo ningún inconveniente en que tengan una selección nacional. Ahora
bien, por las mismas reclamo mi derecho a considerar a España como “una cosa”
que incluye a Cataluña. ¿Qué hay una parte de los catalanes que no se
consideran España? Pues vale; tendré que admitir que NO TODA Cataluña forma
parte de España, o NO DEL TODO. Pues vale... ¿y que?
Ahí pecamos de suspicaces los españoles cuando cualquier manifestación
diferenciadora nos la tomamos como una agresión a nuestra identidad. Cosa que es perfectamente comprensible, pero que entre gente cabal no queda más remedio que aceptar. Es como si nos sintiésemos ofendidos porque cierto amigo no quiere afiliarse a nuestro club o nuestro partido; o lo hiciese, pero sin nuestro entusiasmo. Y en cuanto a la selección, pues lo mismo ¡Como si
los del rellano de mi escalera quieren hacerse una selección nacional! ¿Y qué?
Ya se que no es tan fácil, porque pueden surgir incompatibilidades, y suspìcacias de todo tipo.^Pero miren a los británicos: ahí los tienes con sus escoceses y galeses haciendo la guerra por su cuenta, y no pasa nada...
Ahora bien, conociéndonos como nos conocen, que los Catalanes vengan a
Madrid predicando una pitada al Príncipe y a la bandera, pues ¿que quieren que
les diga? me parece una provocación. Claro, se monta la que se monta, Esperanza
se tira al monte (reflejando el sentir de muchos españoles, no lo olviden), y luego
salen los del Barça diciendo que "¿Porqué se ponen así? ¡si solo es un juego!."
Yo os propongo a los catalanes que os imaginéis la situación a la
inversa. Suponeros que se va a jugar un trofeo en Barcelona, y que sale “la
Espe” sugiriendo a los madrileños que acudan que le hagan una pitada a la
Senyera y a Más… ¿Os lo imagináis?.
Porque, como ha señalado Carlos Herrera esta misma mañana, la cuestión
no es que haya cuatro exaltados que propongan lo que sea, sino que no haya
habido nadie, en Barcelona, ni en "El Barcelona", que haya hecho un llamamiento a
la sensatez.
Volveremos sobre el tema (... las identidades)
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