A Malic, el director, le conocíamos por "La delgada línea roja", película bélica de hechuras meritorias y sugestivas. ¿Qué batalla era aquella; Guadalcanal?. Entre sus méritos estaba la de una postura totlamente ecuánme entre los dos bandos. (Eastwood fue aún más allá: en la suya, Iwo jima, los japoneses eran los buenos). Aparte de eso es (junto con Platoon) es donde he visto mejor reflejado lo que podría ser el espantoso "estar ahí" de la guerra moderna.
Ahora se mete en este fregado de película, El árbol de la vida, que ha dividido al personal entre los que la consideran flojilla (pretenciosa) y los que la consideran directamente espantosa (un rollo total). Yo fui a verla con Pi, y en tan elemental grupo se reprodujo esa división de opiniones. Como quiera que yo voté por ir a verla (me terminó de convencer el que le gustara, con reservas, a Javi, uno de ellos) y también por aquello del oficio, porque la película tiene una potente retranca psicológica... incluso psicoanalítica, por lo que me animo a esta pequeña crítica.
Seguiré premeditadamente los pasos del gran Alfonso Sánchez (¿os acordais de Alfonfonso Sánchez?) ... al que era muy difícil oir decir de una película que era mala. Siempre encontraba lo positivo en cualquiera de ellas, cervantina virtud que bien podemos trasladar a cualquier obra humana, y a la humanidad misma.
Vaya por delante que lo mas chocante de la peli, por decirlo suavemente, es la parte que Mª Jesús ha bautizado como "National Geographic": no se entiende muy bien a qué viene el Bigbang, o las tragedias del Jurásico, en medio de la historia. Debió ser que le salió el ramalazo Spielberg. Luego volvemos a ello.
Lo que más me gustó: el personaje de Brad Pitt, el padre. Mira que es un actor al que no le tenía simpatía (lo encontraba muy chulito), pero me reconcilié totalamente con él en aquella película de los Cohen en la que hace de macarrilla pringao de gimnasio ; hacer de pringado me parece una prueba definitiva para un actor que suele hacer de duro; tampoco creí que me fuese a gustar haciendo de Aquiles, el arquetipo homérico de duro, y tengo que admitir que en "Troya" caí seducido: ¡que tío más duro! (yo me pido ser así, dentro de dos o tres reencarnaciones). ¡Y mira tu por donde, en esta pelicula reune todas esas facetas!. Porque toda la pelicula gira alrededor de él, el padre. Pi me puntualizó, "y el chico". Si claro, y el chico, que es el que la cuenta en primera persona. Pero lo que cuenta es su padre. A veces tan duro como el mismísimo Aquiles, el de los pies ligeros, y a veces tan macarra como un personaje de los Cohen. ¡Menudo problema digerir eso de tu propio padre! Me recuerda alquello que dicen Berger y Luckmann en la construcción social de la realidad. Lo que nos es inmediato a la percepción, y por tanto a la conciencia, no el el YO, sino el TU. Y es en los túes que nos vamos encontrando en la vida donde nos la pasamos buscando el Yo que presumimos hay detrás (es decir delante). Y no te digo nada cuando ese tu es tu padre. Y cuando tu padre es un menda como ese, una fuerte personalidad, aunque muy humana (luego vamos).. ¡y ya no te digo si la interpreta Brad Pitt!.. ¿Te imaginas a tu padre interpretado por Pitt? Pues eso: ¡viva Freud, viva Lenin y viva Mao-tsé-túng!
¡Ay, queridos hijos e hijas de padres poderosos y cabroncetes!.. El problema no son las putadas que te ha hecho en vida, que a lo peor no es poco. La verdadera putada es el nudo de víboras despellejadas que te dejan en el corazón, del que difícilmente te libras en vida...¡que se lo pregunten a Malic! ¿como debió ser la relación con su padre? (para afectos a este tipo de problemas dispongo de un par de buenos analgésicos profesionales. La primera sesión es gratis)
Y ese es el nudo de la pelicula, ciertamente bien explicado, al menos a mi me gustó. Esa reconcentrada ambivalencia, trufada de rencor, admiración, desprecio... y finalmente amor. Si lo hubiera dejado en eso... pues mira. Pero el tio lo retuerce, y lo retuerce, y lo retuerce... se mete por medio la relación con el hermano... y áhí, más retorcimiento... Y luego el bueno de Sean Penn poniendo caretos de sufrimiento, que se le da muy bien, y un par de ambigüedades que ahora os cuento.
Como tengo debilidad por los finales felices ¡que le vamos a hacer! me mola la redención del padre, o de la relación con él... que finalmente derrotado por la vida, se muestra humano y vulnerable. Y luego, como los pijos burgueses de Buñuel, el personal deambulando por espacios astrales, donde se produce el perdón en forma de palmaditas en la espalda, dorados por el atardecer... ¡ooh, que bonito!
Por cierto que el padre, que como digo es un poco cabroncete, lo que sí es es muy sobón. Por un momento me temí que iría por lo de los abusos... pero no, la película no va por ahí. Quizá por otras cosas, como un punto de maltrato, pero no por ahí.
En todo caso lo que no se entiende, como apuntábamos más arriba, es a qué viene es lo que mi colega que sabe de cine llamó "el inciso National Geografic". ¡A que nivel llegarán los sentimientos del menda, que los entronca con las milenarias tragedias de los dinosaurios... ¡¡y con las eónicas hecatombes del big-bang!!.. ¡con dos cojones! ¡eso es estar enamorado de los propios sentimientos! O eso es llevar el construccionismo a sus últimas expresiones: mi tragedia emocional es la tragedia del universo.
Se produjeron dos discreapancias de interpretación con Pi. Que conste que ella suele ser mucho más lista, y la suelo exasperar a preguntas que ella responde con paciencia (Noo, ese es el que estaba liado con aquella, etc..). Pero en este caso soy yo que creo haber visto un par de cosas que ella no; a ver los lectores qué opinais.
La secuencia de los dinosaurios. Por cierto estupenda. Pi dice que el grande "le perdona la vida" al chico. Yo no lo vi así; a mi me pareció que daba una ojeada a los alrededores antes de hincarle el diente... desenlace que el director nos ahorra.
La otra es màs complicada. En un momento dado me pareció que se insinuaba un episodio de homo-sexualidad entre los dos hermanos. Primero unos besitos que le da en el brazo, que el otro primero rechaza y luego acepta... y luego esa secuencia en la que lloran abrazados, sumergidos en el herbazal. Pi dice que para nada; que yo alucino... y que alucio con lo de siempre. Va a ser verdad. Bueno, yo que sé. A mí me lo pareció. ¿A alguien más?
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