Recomiendo mucho el articulo de Josep Miró i Ardèvol de hoy en La Vanguarida “Un fantasma recorre Europa”[1]. Empieza diciendo:
Parafraseando la primera línea
de texto del Manifiesto comunista, bien se puede decir que un fantasma recorre
Occidente y se llama derecha alternativa. O extrema, radical, populista, a
gusto del lector.
Tras enumerar con cifras su ascendente éxito en Europa y el mundo,
añade:
Constituye un conjunto
heterogéneo, dotado de rasgos comunes, entre los que destaca el surgido del
acomodo de la tercera ley de Newton al orden humano: la reacción. Toda
ideología que ejerce una fuerza que violenta a una parte del cuerpo social
desarrolla una fuerza de intensidad parecida en sentido opuesto.
Creo que da en el clavo cuando atribuye parte de ese éxito a los excesos de los partidos progresistas, especialmente los que se refieren al menosprecio que manifiestan hacia la cultura (en el sentido antropológico) de los sectores “no ilustrados”. Y está ciertamente ingenioso cuando vincula esa reaccion social a una interpretación sistémica del tercer principio de la Mecánica clásica, dignificando de paso el denostado adjetivo de reaccionario. Como se ve, no estoy en contra de un poco de alarde acdémico: lo cortés...
Como digo en el comentario que he dejado, creo que esas izquierdas, que se
prestigian en la cualificación académica, son la nueva aristocracia. Ahora no
se falsifican títulos nobiliarios, sino académicos. No estoy en contra de las
aristocracias, ni contra nada (soy un buen conservador), pero me disgusta
cuando se enamoran de sí mismas, con el consiguiente desprecio hacia los que no
tienen la suerte de estar en esa élite.
Miró i Ardévol
explica muy bien las consecuencias de ese
menosprecio
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