Muchos se hacen cruces de la actitud de Pablo Casado hacia Ayuso; yo lo comprendo, aunque también la comprendo a ella. Y conste que ninguno de los dos son santo de mi devoción. Y es que creo que, entre otras cosas, Pablo se quedó muy escarmentado con la ínclita Cayetana. ¡Oh, esos personajes carismáticos y poderosos, que no se cortan con nada... y que de vez en cuando hacen unas sacadas de pies del tiesto que hacen las delicias de sus adversarios. Ayuso tiene toda la pinta, y eso que, desde que las encuestas le han señalado su enorme éxito, cuajado de sugerencias, se ha moderado bastante. Y como Cayetana puede sufrir el espejismo del apoyo de las bases, que siempre son un poco gamberras, y que les encanta el juego duro "¡¡dale, dale...!!". Ojo con eso, dirigentes; recuerden al Chiquilicuatre, que fue elegido en democrática asamblea
Me recuerdan al jugador de futbol Iván de la Peña. Salió de la cantera del Barsa, muy habilidoso, inteligente, y sobre todo muy audaz. En cuanto pillaba la pelota levantaba la vista, como los grandes, y hacía unos pases de cuarenta metros que, cuando le salían bien, daba lugar a unas jugadas super-espectaculares. A la peña nos gustaba a rabiar. Pero curiosamente a los entrenadores no tanto. Duraba muy poco en los equipos, y a veces ni acababa la temporada. Pasó por el Español, por el Barsa... y yo creo que llegó a la selección. Para mi era un misterio qué problema planteaba a los entrenadores...
El misterio lo comprendí con un comentario de uno de los sabios de la época, tal vez el gran Luis Aragonés, pero no estoy seguro. Dijo: "sí, es un tío que hace unos pases maravillosos, pero que dos de cada cinco los cortan los contrarios, y te hacen unos contrataques que nos la meten hasta la empuñadura..."
¿Os acordáis del "¡No te lo perdonaré nunca, jamás !", o del reproche a los del PP vasco por "blanditos". Ayuso es de un estilo distinto, pero también se le calienta la boca. En fin.