Viene a propósito del último articulo de Juliana, sobre la susodicha plaza. Antetodo, y al igual que los más de sus comentaristas, tengo que decir que Yo tampoco acabo de
entender el sentido último de ese artículo, con la sospecha de que lo habrá,
siendo lo que es y de quien es.
Pero ya que hablamos de la plaza Colón aprovecho para lamentar la supresión de la
magnífica catarata que había en su diseño original. Supongo que debía dar
problemas por un tubo, disculpen el
chiste fácil, además del enorme gasto de energía (¿relevante en medio de la
urbe?) que debía suponer la movilización de esa masa de agua. Pero la
formidable y estruendosa cascada, de agua real, que salpicaba, especialmente
cuando se pasaba por debajo, era para mi uno de los monumentos más logrados
quizá de España, y desde luego de Madrid. Y sobre todo, una magnífica expresión
de la poderosa feracidad de la Naturaleza casi
virgen que los españoles encontraban en América, muy en consonancia, por
cierto, con las descomunales masas de piedra de Vaquero Turcios. Una pena.
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