“PREGUNTAS
INOCENTES”
La Vanguardia, 10/11/2017 00:57 | Actualizado a 07:15
Catalunya aparece en
los medios aquí en Londres todos los días. Salgo al pub o voy a una cena y el
tema siempre sale en conversación. Resulta que ocurre lo mismo en todo el
mundo. Un amigo que acaba de estar en Sri Lanka (sí, Sri Lanka) me cuenta que
el lío hispano-catalán está generando enorme interés por esos lares. Me dicen
que en Bosnia lo mismo. A mí me escriben todos los días amigos de Argentina,
México, EE.UU., Sudáfrica o Canadá preguntándome qué demonios está pasando.
Con el fin de que los
lectores catalanes y españoles (o las dos cosas a la vez, según los gustos)
tengan una mejor idea de cómo les miran hoy desde fuera, les paso una breve
lista de algunos de los comentarios y de algunas de las preguntas más
frecuentes, muy inocentes en casi todos los casos, que estoy oyendo...
Que un Gobierno
convoque elecciones y que acto seguido el sistema judicial meta presos a los
líderes de la oposición es, sin duda, una jugada novedosa, al menos en una
democracia. Comentaba un amigo sudafricano que debe haber otros gobiernos que
sueñan con poder hacer lo mismo, como por ejemplo el suyo, el del presidente
Jacob Zuma, o el de Donald Trump.
Pregunta: ¿contarán dichas elecciones con
la más mínima legitimidad nacional o internacional?
Ni Carles Puigdemont,
el periodista más famoso del mundo, ni ninguna de las otras figuras
independentistas han inspirado mucha confianza. Transmiten un aire de
adolescentes pícaros, a veces confusos, y lo del exilio en Bruselas se ha visto
en el extranjero, al menos hasta ahora, como un episodio más cómico que
transcendental. Pero aun así la intención de voto independentista sigue en
alza, según las encuestas.
Pregunta: ¿es tal la fuerza del
sentimiento antiespañolista que si el Pato Donald se presentase a elecciones
como principal candidato del independentismo el resultado seguiría siendo
igual?
A un par de abogados
con los que he hablado les resulta extraño que el arrebato infantil que condujo
a la manifiestamente teatral declaración unilateral de independencia sea
calificado por la ley como “rebelión y sedición”.
Pregunta: ¿va en serio esto de que
podrían condenar a los políticos catalanes presos a 30 años de prisión, como si
hubiesen matado a alguien?
Una periodista
inglesa me comentó, atónita, que había leído que cientos de representantes
oficiales del Partido Popular habían sido imputados por corrupción pero que
casi nadie había ido a la cárcel.
Pregunta: ¿con qué autoridad moral el
Gobierno del Partido Popular insiste en que está actuando en Catalunya en
defensa de la ley?
Antes del referéndum
escocés del año 2014, David Cameron, el primer ministro británico, dijo que se
le “rompería el corazón” en caso de que los escoceses decidieran separarse del
Reino Unido.
Pregunta: ¿el presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, siente el mismo dolor cuando contempla la noción de una ruptura
con Catalunya?
Se especula desde
fuera, y más entre aquellos que han seguido con fascinación durante años la
feroz rivalidad entre el FC Barcelona y el Real Madrid, que en el fondo lo que
motiva al independentismo catalán y lo que en el fondo motiva la línea dura del
Gobierno de Rajoy es el odio al otro.
Pregunta: ¿quién odia más a quién? ¿Los
catalanes a los españoles o los españoles a los catalanes?
Aún desde la
distancia a mucha gente le resulta claro que la fuerza del movimiento
independentista proviene más del corazón que de la cabeza, que los sentimientos
de sus seguidores se mueven en un terreno emocional, como respuesta a las
acciones y las palabras de los que mandan en la capital española.
Pregunta: si dejasen en libertad a los
presos, si dieran marcha atrás con el artículo 155 de la Constitución, si
permitiesen un referéndum de verdad y los ánimos se calmasen lo suficiente como
para que los catalanes pudieran pensar con la mente fría, ¿seguiría siendo
concebible que una mayoría votase a favor de la independencia?