En el conflicto entre Catalunya y (el resto
de) España se mezclan muchos factores: psicológicos, culturales, etc...
Me molesta, por la parte española, la mía aunque no
siempre me guste, un exceso de suspicacia, que con frecuencia se manifiesta en
forma desdeñosa o agresiva. Como buen teórico de la identidad, tengo claro que
no es, o no solo, una antipatía generalizada hacia los catalanes por sí mismos,
sino en todo caso, por lo que representan. Uno de los factores más sutiles es
lo que en otras partes del mundo se conoce (o se ha conocido) como
antiintelectualismo, que podemos caricaturizar como: "Ahora no van a venir
estos señoritos universitarios a decirnos lo que tenemos que hacer".
Me consuela poco, pero algo (debo admitirlo; oficio obliga), que por la parte de los catalanes también haya salidas de tono, o metidas de pata, aunque sean leves o bien intencionadas. Por ejemplo el artículo de opinión publicado hoy (31/12/2015) en La Vanguardia. Se titula "La vieja España no quiere cambiar", y es de Borja de Riquer i Permanyer. Es un poco lo de siempre, con bastante razón, y con bastante moderación. El meollo del mensaje es que acusa a las izquierdas (al PSOE) de, a la hora de la verdad, ponerse del lado "español". Pero entonces va y nos cuenta:
El año 2006, Pasqual Maragall, con el nuevo proyecto de Estatut protagonizó, tal vez, el único intento serio de modificar aquella vieja idea de España. Recordad sus palabras: “Con el Estatut en la mano, ahora vamos a cambiar España. No vamos a inventar una nueva Catalunya, que es más vieja que España, sino que vamos a intentar inventar una nueva España”. Este era un elemento sustancial de la propuesta maragalliana: desde Catalunya se intentaba ir hacia la idea de una España plural que reconociera las diferencias identitarias existentes.
Bueno, parece un discurso más dirigido a la complacencia de los catalanes, que a hacer reflexionar a las españoles. Como decía, me consuela poco. Resulta casi conmovedor el tonillo condescendiente de ese "ahora desde Catalunya vamos a arreglar a España". Disculpen que bromee un poco con un "¡Uy, que bien...!". Pero en todo caso lo que creo que le sobra es lo de que "que es mas vieja que España" (aunque estrictamente hablando fuera verdad. Claro, España surgió de la fusión de una serie de reinos como León, Castilla, Aragón...) En todo caso la frase es digna de análisis: "No vamos a cambiar Catalunya, claro, porque es más vieja, pero sí vamos a cambiar España" ...¿ porque es más joven?
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