Esta mañana he escuchado en la radio (1) una historia realmente curiosa. Resulta que Leonardo da Vinci escogía a sus modelos meticulosamente. Buscaba a gente que le diera el tipo para el personaje que quería pintar. "La última Cena" resultó especialmente complicada, porque necesitó trece modelos. El que más le costó, y por eso fue el último, fue el de Judas. La obra se había ido alargando, y ya llevaba tres años, por lo que se impacientaban el prior del convento, y el noble que financiaba. Desesperado Leonardo se le ocurrió ir a una cárcel para buscar a alguien que le diera una expresión malévola adecuada. Y lo encontró: un reo que estaba pendiente de ejecutar. Por lo visto tenía el punto maligno que estaba buscando, y tras las correspondientes gestiones consiguió que le diesen permiso para que posara para él. Cuando había acabado, y antes de que se lo llevaran a su celda, el reo le preguntó a Leonardo: "¿No me reconoces?". Cuando el pintor le dijo que no, el reo le dijo que hacía muchos años ya había posado para él; entonces para representar a Jesucristo.
(1) "Por fin no es lunes", en Onda Cero, con Jaime Cantizano.
¡Vaya, poco ha durado la alegría! Al buscar confirmación en internet, la primera página que ha salido dice que es un mito, que explica todavía más retorcido: el el cuadro tardó 7 años en pintarse, y que el reo había hecho de model para el mismísimo Jesucristo de ese mismo cuadro. La versión radiofónica es un poco más suave. ¡Si alguien puede aportar algún dato que lo haga, vive Dios!