Me temo que, al paso que vamos, no podamos ver a Rosa Díez ni siquiera en un parlamento autonómico. Lástima.
La peña valora mucho el resultado obtenido por los socialistas; y ciertamente ha sido bueno... para lo que podría haber sido. Susana Díez se lo ha currado, pero a mi, personalmente me ha decepcionado un poco. Sus proclamas populistas, y bastante vacías (aliarse con los andaluces), y sobre todo su pérdida de papeles en los debates televisivos, me la muestran como una persona vehemente y capaz para la política, qué duda cabe, pero no muy diferente del tono general de los políticos españoles.Seguro que ha venido para quedarse; Pero creo que el PP puede respirar tranquilo: no va a ser la líder carismática que va a arrastrar al electorado a un vuelco parlamentario a nivel nacional.
Y luego están los del PP. Hombre, no es para tirar cohetes, pero, dadas las circunstancias, el tremendo desgaste de un partido en el gobierno que ha hecho lo que ha hecho, y la improvisación de un dirigente joven, creo que salvado los muebles bastante bien. ¡Ay,,,! como se notan los conflictos internos en los partidos que están en el poder. Parece ser que las broncas y navajazos abundan ahora entre los dirigentes del PP, incluso, o principalmente, contra su propio presidente, MR.
Y siempre he sentido simpatía pro MR. P.e., después de que tanto le criticaron por su actitud en el problema catalán, ahora le reconocen que su estrategia no era ni con mucho la peor (hacer el Don Tancredo). Es cierto que el personal añora al líder carismático que encabece nuestra ideologías y nuestros anhelos (¿Aznar...amos, no me jodas?). Pero a mi me parece que hace un uso bastante sensato de una de las herramientas más sabias al abasto de todo chaman. LA NO-ACCIÓN, (que incluye el silencio). El viejo consejo de que "Cuando no sépas qué hacer..."
Ese es el carisma del presidente: puro Zen.