Los desoladores
datos de la reciente Encuesta sobre la Población Activa ,
indicando que el paro en España ha alcanzado la cifra de 6 millones de
ciudadanos, han reavivado el debate sobre la pertinencia de las políticas de
ajuste que está llevando a cabo el gobierno. Hay un aspecto de ese debate que
creo que vale la pena comentar: los efectos de la reforma laboral facilitando
el despido. En general desde posiciones
progresistas, y desde las afines al sindicalismo, se hace el razonamiento
diáfano de que, si es más fácil despedir, los empresarios despedirán más. Y que
por tanto esta reforma laboral está contribuyendo a que haya más paro.
Con las reservas
que supone ponerse a opinar sobre un asunto tan espinoso, que tiene tantas consecuencias
sobre la vida la vida de la gente, creo que ese argumento adolece de un cierto
cortoplacismo. Si los empresarios están aprovechando esta ley para despedir a
gente, quiere decir que el negocio no les está dando como para mantener a los
empleados que tienen. Nadie despide trabajadores si el negocio está funcionando
bien. Si resulta que los empresarios las pasaban canutas para ajustar sus plantillas cuando
las cosas se ponían mal. ¿cual es el efecto a largo plazo? Pues
evidentemente que a la hora de contratar, cuando las cosas van bien, serán lo
más ajustados posible. A mi me parece como muy de cajón; es lo que yo haría si
fuera empresario.
Ciertamente las
cosas no son tan sencillas, porque por otra parte el despido de trabajadores
tiene un efecto automultiplicativo al disminuir el poder adquisitivo de la
población en general. Así que me hago cargo de lo difícil del problema: no voy
a defender la aplicación masiva de políticas ultraliberales. Pero me temo que
en este aspecto particular sí creo que tienen razón. Parece fuera de toda duda que la gran fuente de empleo es la iniciativa
privada; hoy por hoy las cosas son así. Y además en nuestro país, no sé si en
todos, es principalmente el pequeño y mediano empresario. Si el aumento del
paro viene dado principalmente por la terrible mortandad de pequeñas y medianas
empresas, parece bastante lógico que lo primero que hay que hacer es
facilitarles las cosas, lo que incluye dolorosamente el que puedan ajustar sus
plantillas lo más fácilmente posible.
En todo caso proclamo una vez mas la necesidad de una visión sistémica, y de evitar las posiciones maniqueas de buenos y malos, tan tentadoras ahora que hay mucha gente pasándolo muy mal.