jueves, 7 de marzo de 2013

Caudillo

   Se ha muerto Chávez, y nos quedamos todos alucinados de las muestras de dolor colectivas del personal venezolano. Nadie se atreve a negar que al hombre realmente se le quería. Claro que tampoco hay que alucinar, porque un diez por ciento de la población armando follón  arma un follón de narices. Pero creo que es algo más que el diez por ciento de la población la realmente consternada; basta con mirar los últimos resultados electorales.

    Inevitablemente me recuerda a lo que pasaba con Franco... salvando las distancias, o no. La progresía dirá lo que quiera, y montarán película tras película para convencernos de lo contrario, pero lo que yo recuerdo es que la mayoría de la gente quería a Franco. Ello derivó en uno de los eslóganes característicos del principio de la democracia: "Con Franco vivíamos mejor". Y de él una de las ocurrencias más geniales de la misma época: la de Vazquez Montabán, parodiando a la anterior, y al mismo tiempo a la propia progresía, de la que era miembro insigne : "Contra Franco vivíamos mejor"   ...¡que frase colegas!  Yo la he parafraseado en este blog aplicándola al conflicto con los Catalanes: ¡A ver si en un futuro independizado alguno  acabe diciendo que "Contra Espanya vivíamos mejor"!

    Volvamos a Chávez. Lo que nadie dice es la base de su éxito. El único análisis en ese sentido se lo oí a un sociólogo, tal vez Venezolano. El gran éxito de Chávez fue incorporar a la dinámica política a una masa de población que normalmente pasa olímpicamente del ella. ...ejem ... ¿el pueblo? ... ¿el pueblo llano?...en fin, el que sea; el caso es dar voz   a un sector de la población que normalmente no la tiene. Esa fue su virtud del líder. Lo que hizo de Chavez un caudillo.  ¿También lo fue el de Franco?

     En el fondo de esta cuestión hay un tema del que los intelectuales se olvidan continuamente: Ellos son la nueva aristocracia. Conocimientos, másters, licenciaturas, dobles licenciaturas, publicaciones, seminarios, premios, congresos... la fuente de prestigio social más importante actualmente es la titulación académica.  Y aunque en un momento dado parte  del pueblo se apunte, o imite, a la casta dominante, como otrora los petimetres imitaban los modales de la nobleza, o los obreros introyectaron la moral del trabajo de sus patronos protestantes... pero que no se equivoquen... ellos ni son el pueblo, ni como clase están realmente por él. Lo que explica el "ruido de fondo"  anti-intelectual de todas las sociedades modernas...  y la  propensión a la periódica aparición de líderes que la encarnan.   No dudo en meter en esta categoría a personajes siempre pintorescos ¿Se acuerdan de Gil?, o el mismo Berlusconi, Ruiz Mateos, ... y por supuesto al "pepito grillo" recién surgido en Italia.

    Volveremos sobre lo de la "nueva aristocracia"